-Supongo que el sentimiento es mutuo –no sé qué era más absurdo yo siguiendo hablándole o el sentido en como ella me dejaba con la palabra en la boca. Me sentía raro al no poder contestar con algo coherente, definitivamente esto me vino desprevenido, en el sentido en el que pensaba que la gente de los hospitales era ¿pacífica? Pero esta chica estaba amargada y lo único que podía hacer ahora mismo para poder quedar bien delante de ella era improvisar.
Me senté en el sillón al lado de su cama. Ella cogió su móvil que estaba encima de una mesita y se puso a ver cosas. ¿Qué se suponía que debía hacer? Osea está claro que estar aquí sentado hasta las siete no iba a estar si no menudo coñazo. Noté que la cama de al lado estaba vacía y no tenía pinta de que estuviera ocupada por alguien.
-¿No tienes compañero de habitación? –ella aparto la vista de su móvil y con las misma volvió a mirarlo, ignorándome- eh, bonita te estoy hablando, lo menos que puedes hacer es contestarme.-bufó-
-¿A caso te importa?
-No, la verdad es que me la suda, pero ya que te tengo que soportar durante unos meses pues…-me cortó-
-Espera, espera –se quedó quieta con una expresión algo indescifrable- ¿qué vas a estar conmigo aquí meses? –asentí- ¿todas las tardes?-asentí de nuevo- ¡Joder!
-Oh vamos que no es que a mí me agrade.-rodé los ojos- ¿me vas a decir lo de porque no tienes compañeros?-ella suspiro y dejó su móvil otra vez en la mesita-
-Si tengo, solo que se van.
-¿Cómo que se van?
-Chico tenías que ser –la miré fulminante- Pues eso, que les dan el alta, a unos en semanas y otros puede que meses. Pasan muchos por esa camilla.- me dio a entender que ha estado bastante tiempo aquí encerrada para poder haber visto a tanta cantidad de gente pasar por su lado.- no suele haber uno fijo, bueno…excepto yo.
-¿Desde cuándo estas aquí metida?
-Desde hace casi dos años.-me quede perplejo, esta chica lleva casi dos años en el hospital, yo no aguanto ni dos horas.-
-¿Por qué? ¿qué te pasa?
-No te importa –volvió a ser borde, si ella iba a serlo yo lo iba a ser el doble.-
-Tienes razón no me importa una mierda
***
Dios por fin eras las siete y salí de aquel hospital, madre mía que pesadilla de sitio. Después de haber mantenido una pequeña charla con ¿Isabelle? ¿Danielle? Bah que mas dá, estuve el tiempo restante enviando mensajes a Liam y ella pasando de mi, algunas veces la picaba y me insultaba o nos interrumpía la enfermera para hacer un leve análisis de yo que se.
Me fije por si estaba Niall y que no me viera, me negaba volver a casa con el, o por favor me negaba hasta hablar con él. Ese rubiales no me caía bien, y supongo y por deducción que yo a él tampoco. Que realmente no me importaba. Me escabullí como pude entre los arbustos que se encontraban decorando la entrada y salí de allí.
-¿A dónde ibas? -¿qué cojones? El rubio sonrió divertido.-
-Lejos de tu puta cara, aparta –demandé-
-Eh, eh , eh-me hecho con una mano hacia atrás- mi coche esta por allí-
-Y tu cara va a salir rodando por aquí como no te quites de mi camino. –el rio- ¿de qué coño te ríes?
-De tus formas de intimidar.
-Joder, ¿si voy contigo me pararás de dar porculo?
-No
