HALLEY
Me desperté cuando empecé a oler las tortitas de Mía así que me vestí rápidamente con un vaquero corto y un top de tirantes fresquito, me recogí el pelo con un pañuelo y bajé las escaleras entrando en la cocina donde estaban mis padres y mis tios.-Buenos días rubita, ¿Te apetecen mis tortitas?,- Se me acercó Ty con una bandeja de tortitas enorme.
-¿Como que tus tortitas?.- Dijo Mía girándose para propinarle un golpe en la cabeza con la espátula.
-No van a cambiar nunca,- Intervino Val dramáticamente pasándose las manos por la cara a la vez que Mía y Ty discutían, por que según Tyler le había abollado la cabeza con ese golpe.
-Ten, te hemos guardado estas, antes de que baje la manada de hienas.- Me dijo el tío Ash poniéndome el plato de tortitas delante, yo les di la gracias y rápidamente desayuné, no quería llegar tarde a mi primer día de trabajo, se que si lo hiciera no pasaría nada, pero quería ser puntual el primer día.
rápidamente, fui a lavarme los dientes antes de salir por la puerta, ya llegaba tarde, cuando de repente un aún dormido Cohen apareció por la puerta mientras se frotaba los ojos con sueño.
-No serás capaz.-Dije incrédula aún con el cepillo en la boca, cuando vi sus intenciones.
-Mocosa me estoy meando encima, ¿solo puedes ser libre tu o qué?-Dijo con voz burlona recordando mi escena de ayer, mientras hacía sus necesidades.
-Eres de lo que no hay.
-¿Vas a la librería?.-Me dijo una vez que terminó, mirándome a través del espejo, asentí con la boca llena de agua, se acercó y me dejo un beso en el pelo.-Suerte enana.-Me dijo antes de salir por la puerta del baño.
Una vez terminé bajé corriendo, subí a la bicicleta de Mía, y pedalee rápido hasta la librería del señor Carrey, dejé la bicicleta en la fachada de la librería, y entré corriendo patosamente, dentro se encontraba el señor Carrey junto a otro chico, ambos se giraron a mirarme curiosamente.
-¡Halley!, ven mira, este es mi nieto.- Me dijo con una sonrisa cálida.
Me acerqué a ellos y observé al chico, parecía de mi edad, tenía el pelo revuelto de un color marrón clarito con algunas partes más claras por el sol.
-Max,- me dijo con una pequeña sonrisa mientras observaba la emoción de su abuelo por encontrarlo ahí.
-Ha venido a pasar unos meses antes de empezar el curso en Nueva York.- Comentó orgulloso el señor Carrey.
-Abuelo...-Dijo el un poco avergonzado.
-Oh ¿Nueva York?, ¿Qué estudiarás?- Le pregunté curiosa.
-Pues bellas artes.-contestó sonriendo.
Bellas artes... Nueva York... mamá llevaba un año tratando de persuadirme para que enviara la solicitud, "vamos Halley el no ya lo tienes, ¿y si te aceptan?" cada vez que salía el tema de la universidad, volvíamos a lo mismo, yo simplemente le respondía que iría a Stanford, no por que fuese mi gran ilusión, mas bien era la opción mas fácil, mis padres habían estudiado allí, Sarah, Maat, Chloé, Cohen y los demás también lo harían, evidentemente Nueva York sería un sueño, pero no era mi momento.
-Halley también ama pintar.-Dijo el señor Carrey con una sonrisa mientras que señalaba mi cuadro en la pared, mientras tanto yo ordenaba una pila de libros un poco avergonzada.
- ¿Es tuyo?- Dijo aparentemente impresionado, mirándome.
- Es de mi yo de nueve años, ya no suelo pintar.-Esa frase me dolió.
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El boceto de tu piel (MD 2.1)
RomansHalley era un faro de luz en medio de la oscuridad, y digo era porque no queda rastro de eso, cuando pensaba que su vida iba bien, la mataron por dentro, ya no quedaba rastro de esa niña con alma de luz. Cohen siempre ha sido un niño que se ha preoc...