⚬CAPÍTULO 36⚬

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Serena♕ .

No les iba a mentir a ustedes, el miedo que sentí al enfrentarme a ese hombre y a Dafne eran enormes.

Pero eran ellos o nosotros así que no iba a permitir que dañaran más a mi familia.

Los modos no fueron los mejores y el hecho de a ver lanzado a Ursula del helicóptero menos.

Pero lo hecho, hecho esta y no había lugar para el arrepentimiento ahora, todos estaban bien.

Observe un segundo a Dilan quién me dio una media sonrisa antes de subir a su camioneta junto con sus hombres.

Félix ya estaba en mi auto esperando por Antón y por mi.

Al subir arranco a la mansión de dilan había mucho que ver antes de dar por hecho que estábamos a salvo.

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Al entrar veo a Antón agarrarse de la nuca.

Su golpe le dolía.

Fui con algo de velocidad por una bolsa de hielo para el a la cocina.

Al tomarla y girar lo encuentro en la entrada esperando, eso me hizo saltar del susto.

No lo había escuchado.

- Me has asustado-le digo el sonríe levemente.

Su sonrisa era tan perfecta, sus dientes blancos le daban un detalle único al combinar con sus ojos.

Me acerqué para verle el golpe, me tense un poco por la corta distancia que tome pero me calme.

No estaba tan mal pero mejor prevenir que curar asi que le puse el hielo y el se removió por el dolor.

-Perdona. ¿lo he hecho muy fuerte?-le pregunté preocupada el niega con su cabeza mirándome a los ojos.

Sus ojos conectaron con los míos y mi mundo voló, no percibía más que su aroma en todos mis sentidos y sin pensarlo le di una mirada a sus labios.

No se en que momento se acortó tanto la distancia entre nosotros que no pude evitar besarlo.

Sus labios eran perfectos, sabía tan jodidamente bien y en un minuto me tenía. Antón podía ser todo un hombre de negocios pero su beso era dulce y muy bueno.

Sentí su mano en mi cintura acercandome a el y se lo permití, tener su cuerpo cerca activa algo dentro de mi.

Iba todo bien hasta que el ruido de la puerta abrirse nos separa.

Era Félix. Le di una sonrisa.

El nos mira para luego seguir a la nevera.

-¿Interrumpo algo?

Negué con mi cabeza y el sonrió.

-Bella Durmiente-dice mirando a Antón-no andes durmiendo en cualquier lado-termina antes de salir con un sándwich.

Devolví mi mirada a Antón quién se ponía el hielo en su golpe y le sonreí.

-Nos vemos al rato-le digo saliendo para ir a ver a Lissa quién quedó en la sala algo asustada.

La encontré en el sillón sentada con uno de sus libros en la mano.

Se veía tan frágil y bonita. Pero en realidad era la más fuerte y determinante adolecente que conocí en mi vida.

Me acerqué para darle un abrazó y ella lo correspondió con fuerza. Cómo si lo estuvo esperando.

Al soltarse se re costo en mis piernas a leer su libro.

<Tenía que ser el> el título del libro me llamo la atención.

-¿Es nuevo? -pregunto algo intrigada y notó sus mejillas sonrojar.

- me lo regalaron..

Sonreí algo pícara porque algo me decía que fue un muchacho quién se lo dio.

-una chica-sus palabras me dejaron sorprendida pero al instante di un salto de emoción y le tome las manos.

-Que linda...La tenes que traer para que la conozca-le digo con emoción.

En sus ojos veía un destello especial al hablar de la muchacha. Me encantaba ver que comenzaba a ser feliz.

Se volvió a acomodar en mis piernas con su libro y yo no dejaba de sonreír a la nada.

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Con mis manos le hacía piojitos en su cabello hasta que noté que se durmió.

Al momento vi a dilan salir de su oficina y le hice señas con mi mano para que se acercará.

-¿Qué quieres?- pregunto brusco le di una mirada fulminante y el miro a otro lado y volvió a mirarme a mi-Disculpa que necesitas Serena..

Le di una sonrisa.

-Ayudame a llevarla a su habitación-le digo y el da un suspiro pesado pero asiente.

La carga en sus brazos, tome su libro y subimos las escaleras hasta la habitación de Lissa.

Al dejarla en su cama la cubri con su manta favorita y deje su libro a un costado.

La observe dos segundos antes de dejarle un beso en su frente y salir junto a dilan.

El no dice nada sólo camina junto a mi y lo agradecí.

-Gracias por llegar-me dice asiendo que frene por la sorpresa.

Dilan Black acababa de agradecerme a mi.

- No tienes porque agradecer. Ustedes lo son todo para mi-digo segura y el sonrió a medias.

-¿Incluso Yo?

-Incluido tu.

Le di un abrazo porque se lo merecía, se merecía lo mejor del mundo.

No era malo, estaba dañado y merecía a alguien que lo ame, lo respete y este en las buenas y más en las malas.

En otra vida pude a ver sido yo, capas.

...

Niñera de mafiosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora