Hielo perpetuo

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Al día siguiente Sunghoon llegó temprano a la escuela con la esperanza de poder hablar con Sunoo antes de que la mayoría de sus compañeros llegaran pero Sunoo no asistió, según sus profesores, les dijo que estaba enfermo pero él sabía que no era cierto, era por su culpa. Así que con el pretexto de llevarle las actividades y argumentando que su casa le quedaba cerca, cosa que no era para nada cierta, por la tarde se puso en marcha para ir a su casa.

La noche anterior se había sentido tan mal por haberlo herido que se pasó toda la noche despierto pensando en cómo arreglarlo, si a Sunoo le gustaba o no, no era el mayor problema, sólo quería disculparse y volver a poner su amistad como estaba.

Esperaba poder lograrlo.

Cuando llegó a casa de Sunoo se sintió nervioso pero está vez al menos también se sentía preparado para pelear por ser escuchado, bajó del auto y le pidió que lo esperara porque no iba a tardar mucho. Se dirigió a la entrada y llamó al timbre.

La madre de Sunoo abrió la puerta y como Sunghoon ya había ido varias veces a su casa, lo reconoció de inmediato.

-¿Sunghoon? Hola, hace mucho no vienes ¿vienes a ver a Sunoo?

-Si, fui el seleccionado para traerle las actividades y saber cómo está, nos dijeron que estaba enfermo.

-Ah sí, que amable- dudó antes de continuar -la verdad es que ni siquiera sé cómo está, ha estado encerrado todo el día, sólo hablamos a través de la puerta.

-¿Puedo intentarlo de todas formas?

-Si claro, pasa, estaré aquí si necesitas algo- señaló la sala de estar.

Sunghoon se dirigió al final del pasillo en dónde estaba la habitación de Sunoo, sabía que su hermana no estaba ya que asistía a una academia por las tardes, sólo esperaba que su mamá no escuchara lo que iba a decir.

Tocó la puerta y sólo escuchó la voz lejana de Sunoo -estoy bien, no quiero medicina.

-Sé que no estás bien, y no traigo medicina.

-¿Sunghoon?

Escuchó sus pasos acercándose, sin embargo no abrió la puerta.

-Te traje las actividades de hoy, incluso me esforcé en tomar bien los apuntes para que pudieras entenderlos.

Silencio.

-Y también vine a hablar contigo, no tienes que decirme nada si no quieres, sólo quiero que me escuches por favor.- Se acercó más a la puerta, recargando su frente en ella para no tener que hablar tan alto -sé que lo que te dije ayer no estuvo bien, honestamente ni yo entendí qué quería decirte pero mi intención no era hacerte llorar, eso es seguro.

-Sunghoon, no tienes que decirme nada, sólo vete.

Decidió continuar.

-Pero primero que todo, lo siento mucho Sunoo, me disculpo por ser tonto y dejar que entendieras mal, sé que te hice daño y lo siento, sí somos amigos, jamás asumiría nada sobre ti. También, no tienes que darle importancia a lo que dije, me sentía aturdido y pensé cosas que al parecer te incomodaron así que lo siento.

El seguro de la puerta sonó haciendo que Sunghoon dejara de hablar y se enderezó para no caerse cuando fuera abierta.

-¿Sólo viniste a pedir disculpas?

-Sí- después de dudar un momento decidió que podía arriesgarse nuevamente -a menos que quieras escuchar lo que realmente quería decir ayer, ya está organizado en mi cabeza lo prometo.

-¿Quieres pasar?

Sunghoon sonrió ante la invitación, sabía que Sunoo iba a perdonarlo, porque así era él, pero primero tenía que pedir ese perdón.

-¿Estoy perdonado?

-Por ahora, pero sí quiero saber qué ibas a decirme.

-Tan curioso, te lo diré pero recuerda que diga lo que diga tú quisiste saber, yo pensaba llevármelo a la tumba.

-Tan dramático- respondió rodando los ojos.

-Ayer mientras regresábamos y te quedaste dormido, pensé en que mi vida en Seúl era genial, pero que eso era gracias a que casi siempre estaba contigo, ya sabes en la escuela, en la pista y cuando salimos con los demás. Y entonces me di cuenta de que no te quiero como si fueras mi amigo sino como si te quisiera de otra forma, que me gusta cómo te ves pero también cómo eres, todo tú.

-¿Enloquesiste?

-Si, pero también ayer en mi ataque de estupidez vi que no me correspondes de la misma forma, yo me di cuenta recién y está bien, no voy a volverme un acosador ni nada, lo prometo, seguiré siendo el mismo Sunghoon contigo.

Sunoo se sentó sobre su cama sin saber qué decir ¿era esa una confesión? había tenido varias en su vida, porque había chicas e incluso chicos que le declaraban su supuesto amor pero ninguna le había parecido tan sincera ni le había emocionado como esta.

-Bueno, eso era lo que debí decir ayer ¿ves que no era malo? y nuevamente lamento que todo haya salido así pero ya estamos bien o vamos a estarlo creo, entonces me voy, aquí están las actividades de hoy para que puedas...

-Espera- con un dedo apuntó a Sunghoon -acabas de decirme que te gusto.

-Dije como diez cosas más.

-Yah ¿por qué estás tan calmado?

Sunghoon tomó el dedo de Sunoo y lo alejó de su su cara- porque ya tuve toda la noche para pensar, gritar y hasta cuestionarme esto.

-Pero no estás dejando que yo piense, no sé si me gustas Sunghoon, ¿y si me gustas qué voy a hacer?

-No te sientas obligado, de verdad.

Sunoo tuvo una idea, y la consideraba la más tonta que se le había ocurrido jamás pero al mismo tiempo le emocionaba.

-Conquístame.

-¿Qué?- Sunghoon se sentía perdido.

-Conquístame Park Sunghoon, eres mi amigo, y yo te quiero mucho pero si yo te gusto entonces haz algo.

Sunghoon simplemente se quedó mirándolo, no se esperaba esa respuesta, se esperaba que le pidiera tiempo, que le gritara que se alejara de él o que quisiera hacer como si nada hubiera pasado pero esto definitivamente estaba fuera de su imaginación.

Sunshine (sunsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora