𝗜𝗜. 𝗍𝗐𝗈.

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐎
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La castaña se encontraba mirando el lienzo con sentimiento, el cual tenía una explosión de colores vibrantes, los detalles estaban a la perfección y eso le gustaba a Charlotte

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La castaña se encontraba mirando el lienzo con sentimiento, el cual tenía una explosión de colores vibrantes, los detalles estaban a la perfección y eso le gustaba a Charlotte.

Se trataba de unos pulmones moldeados de una infinidad de flores. Los pétalos parecían brotar de todos lados, brotaban de distintos tonalidades de colores—los cuáles eran los favoritos de la castaña—, algunas de las flores parecían aún no florecer. Esas eran las favoritas de Charlotte, pues aquellas que no florecian representaban la promesa de vida para ella.

Una figura masculina se sentó con ella en el mismo sofá que se encontraba en la sala de espera. Elevó la mirada para encontrarse con el mismo chico que le había ayudado con la máquina expendedora.

— ¿Lo has dibujado tú? — dijo el cobrizo mientras admiraba la pintura.

Ella asintió en forma de respuesta.

Con la yema de sus dedos repaso cada detalle de la pintura, preguntándose cómo sería tener pulmones así de vivos y sanos.

Edward al leer su mente y encontrarse con ese pensamiento no pudo evitar sentirse mal por ella.

Charlotte ignoró por completo sus pensamientos para centrarse en el chico que estaba a su lado.

— No pensé volver a verte, Gasparín. — rápidamente llevo su mano a su boca, al darse cuenta de lo que había dicho. — Lo siento.

— ¿Gasparín? — dijo, con el ceño fruncido.

— Es que tu piel es extremadamente blanca, que me es imposible no pensar en el fantasma.

Edward no pudo contener su risa. Sorprendiendo a Charlotte, que pensó que se molestaría por aquel apodo.

— Me han dicho de todo, pero menos Gasparín. — se cruzó de brazos y miro a Charlotte con una sonrisa ladina —. Eres muy buena con los apodos, Charlotte

No le sorprendió que supiera su nombre, pues se lo había dicho a sus hermanas y suponía que ellas se lo habrían dicho.
Las hermanas Cullen, fueron demasiado amables con ella que esperaba volver a cruzar con ellas en algún momento.

— A veces pienso en voz alta, lo siento. — lo miro con una sonrisa apenada.

Edward se sentía en confianza con ella y viceversa, a ambos les agradaba la compañía del otro.

Los Cullen desde que supieron que ella era la compañera de Jasper, no dudaron en acercarse a ella y entablar una amistad.  El único que no sabía cómo acercarse a ella era Jasper, pues tenía miedo de no ser lo suficientemente bueno para estar en la vida de Charlotte.

Edward se tomó la libertad de decirle que estaba de visita, pues su novia Isabella había sufrido un accidente en las escaleras.

Para los dos era sorpréndete que su  conversación fluyera con demasiada confianza.

𝒔𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐. ━ 𝗃. 𝗁𝖺𝗅𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora