9

4 1 0
                                    

la escuchaba hablar eufórica sobre aquel hombre que la hacía feliz aunque en su voz siempre iba a permanecer ese tono de ansiedad y esperanza por escuchar palabras que nunca salieron , y que hoy estoy a callando al escribir estas letras vacías a través de una pantalla como la cobarde que soy , como la cobarde que nunca tuvo el valor de cuidar su único motivo de vivir , la estúpida que no supo mantener vivo un mundo que merecía muchos años más de desarrollo , alfinal solo soy eso  , una cobarde insensible que no merecía a semejante persona

mipequeñodesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora