— bien, ahora, ¿Cómo planea pagar su deuda?— preguntó un teñido de ojos ónix y baja estatura, mientras la boquilla de su arma apuntaba la cabeza de uno de sus supuestos socios.— sabes que no me gusta que rompan su palabra, ¿quieres ver qué pasa si lo haces?— su tono era frío y estremecedor, era innegable estar asustado.
— Y-yo..¡Porfavor señor!, ahora no tengo el dinero, p-pero, prometo pagarlo— su tono estaba lleno de ruego, su cuerpo estaba al punto del colapso, y las lágrimas amenazaban por salir en cualquier momento, ante los ojos del sano el hombre era más que patético.
— bien, me llevaré algo que aprecies, lo tendré bajo custodia, no volverá a ser tuyo hasta que tenga mi dinero— esta vez su tono era más tranquilo, aún conservando ese toque estremecedor, quito el arma de la cabeza ajena, y el hombre no pudo sentirse más aliviado.
— ¿Q-que se llevará?, ¡Puede tomar lo que quiera!, s-solo dame tiempo.— gateo hasta poder sostener una de las piernas de el chico que caminaba sin interés a la puerta de salida, este solo bajo la mirada y le miró con asco.
— a tu hija.— finalizó por fin, dándole una patada a aquel hombre de cabellos negros, logrando alejarlo de su ser para por fin salir.
Por otro lado se lograba apreciar como el akashi mayor llevaba en su compro a una linda chica de cuerpo esbelto y cabellos negros y largos, su rostro era cubierto por una bola de tela color negra, un golpe poco fuerte fue más que desecho en la espalda de el fumador, el cuel como siempre llevaba entre sus labios un cigarrillo.
— ¡Idiota suéltame!— su tono era molesto, pero asustado, al borde de el llanto, todo paro cuando la Puerta de un auto abrirse fue escuchado por los oídos de la peli negra, a no más de 2 segundos de aver escuchado tal ruido su cuerpo fue lanzado con brusquedad a los asientos del mismo, donde un par de ejecutivos hablaban y el jefe en el asiento de copiloto a la par de su mano derecha se encontraban hablando.
— hasta que llegas takeomi.- dijo el líder, comiendo un dorayaki mientras el auto comenzaba a avanzar.
— perdón jefe, la mocosa me dio problemas.- su tono era molesto, tomó el cigarrillo que llevaba entre dos de sus dedos, dándole una calada.
— bien...como sea, no interesa.- finalizó el teñido, dejando salir un suspiro de cansancios.
El haitani con cabellos estilo mullet tomó con delicadeza uno de los lindos y suaves mechones negros de la chica, la cual se estremeció un poco, el olor a fragancia masculino que emanaba el cuerpo del peli lila menor inundaba sus fosas nasales, embriagándolas por completo.
— vaya..será divertido tenerla en nuestra estancia.-
