Desde que la chica había llegado a la mansión de bonten la desgracia había caído en los hombros del peli rosa, el más bajo y débil en fuerza y emocional inestable de la organización más poderosa de todo japo, la pequeña chica de nombre aiko se había apoderado de todo, eso lograba enfurecerle. Y ahora estaba en otra pelea con su pareja gracias a la dichosa chica, esto había sido así desde días después de la gran llegada de la peli negra.
— ¡MALDICION SANZU!, ¿No puedes dejar de molestarla y hacer algo bien en tu puta vida?— hacía mención el menor de los haitani, mientras la peli negra lloraba en su hombro.
— ¡VAMOS RINDOU!, Yo no hizo nada!, debes creerme, ¡REALMENTE NO LE HIZE NADA!,— Gritava con desespero el peli rosa, sus ojos estaban al borde el llanto, odiaba discutir con su pareja, y más ver que la causante de esto estaba entre los brazos cálidos y protectores de el peli lila.
— ¡CIERRA RU PUTA BOCA POR UNA VEZ!, SOLO SABES ARRUINAR TODO.— una bofetada fue liberada en la mejilla pálida de el akashi, el cual calló al suelo por tal impacto, solo logró quedarse tirado en el suelo mientras la mirada rosada y la sonrisa burlona cubierta por un lipstik rojo le asechaban por las sombras.
Las mejillas de el peli rosa se inundaron por fin de lágrimas, caían con más intensidad a cada paso que daba el peli lila con la chica aún en sus brazos, lo último que logró escuchar de ambos fue unas vagas oraciones salidas tanto de la boca de el dueño de su corazón como de la razón de su desgracia, "Ho, vamos linda, no llores, prometo comprarte un besito más lindo que ese", "h-hum..sanzu arruino mi vestido favorito con esa sopa tan fea que hizo..w-waa."
Se levantó de el suelo, mientras la mirada oscura de el duelo de las finanzas en bonten le miraba con desapruebo, este llevaba una taza de café, solo camino donde el y le dejo caer todo el contenido encima, con una sonrisa burlesca.
— vamos cariño, así sabes lo que sintió Aiko cuando derramaste sopa sobre ella.- dejó caer la taza al suelo, comenzando a caminar fuera de la cocina.— limpia todo. No quiero ninguna mancha en el suelo, si no la pagaras caro.
Estaba molesto, era verdad, pero ahora no podía negarse, no tenía fuerza mental para hacerlo, tomó un recogedor a la par de una pequeña escobilla comenzando a barrer los vidrios de la taza...recordaba la taza..la había regalado a el hombre adinerado cuando este mismo por accidente rompió su taza favorita, recuerda que le puso un par de billetes, cosa que le añadió felicidad a el rostro de el peli blanco de ojos felinos, las lágrimas nuevamente bajaron por sus mejillas, pero las limpio he hizo lo mismo con la gran mancha de café.
Al terminar sólo quería un baño, un rico baño caliente, realmente lo necesitaba, caminaba a pasos tranquilos, la noche ya había comenzado a caer y ahora su único anhelo era poder ducharse, secar su cabello con ayuda de su novio como era costumbre y luego descansar entre los brazos de él mismo, pero ese deseo sólo se quedaría en su mente, antes de siquiera lograr entrar a la habitación sintió un fuerte golpe en la cabeza, proveniente de un jarrón bastante caro, que especialmente sanzu había comprado recién hace unos días, lo había visto, era hermoso, y a rindou igual le gustó, pero ese día no tenían tiempo para comprarlo, así que él volvió hace un par de días, no más de 2 días fueron los que lograron pasar, él volvió y lo compró, quería llenarlo de sus flores favoritas y acomodarlo en su peinador, sabía que a rindou le gustaría, amaba tener flores en la habitación al igual que el, y cuando prometieron comprarlo rindou prometió llenarlo de flores nuevas que él mismo le regalaría a el akashi cada semana, pero eso se veía imposible, su cuerpo se giro con dolor mirando a la peli negra, la cual comenzó a golpearse, arañarse y demás hasta tirarse al piso, sanzu solo se quedó con la boca abierta tratando de detenerla, pero antes de eso un grito lo logró aturdir.
