Capítulo 2

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En la noche

Daniela y Laura llegaban al gastro bar donde quedaron de verse con los demás. Kim, Sebas y Alejo las esperan, ansiosos por saber las buenas nuevas.

Las chicas llegan a la mesa, mientras Alejo tiene en sus  manos una botella de vino, sirviendo en las copas

—¡Hola! —Daniela saluda a los demás.

—¡Hola! Hizo que ellos y sus condones se enrollaran en su dedo— menciona Laura señalando a Daniela.

Daniela se acerca a saludar a su mejor amiga Kim.

—¡Muy bien! —felicita Sebastián a Daniela, alzando su copa de vino que previamente Alejo ya le había servido.

—Damas y caballeros, un brindis por la más joven y más atractiva vicepresidenta en la historia de la publicidad... –Alejo también felicita a su amiga y todos lo hacen mientras reían felices, brindado con sus copas de vino.

—Deberías considera comprar una casa – le dice Kim a Daniela.

—Si, que esperas, para que pierdes el tiempo. Lo que necesitas es una hipoteca grande y gorda como un yugo alrededor de tu cuello no – Sebas le dice a Daniela, recibiendo un golpe en el brazo por parte de su esposa. – Bueno es lo que pienso – se encoge de hombros, y se acerca a Kim, dándole un beso.

—Umm, no debes decirle eso.

—Bien, en honor a las vulgares papilas gustativas de Daniela, aquí hay... – dice Alejo poniendo una bandeja en el centro de la mesa.

—¿Pizza de macarrones con queso? – pregunta Daniela, con su ceño ligeramente fruncido, viendo la pizza de macarrones con queso.

—¿Sabes que quiero para mí cumpleaños? Tu metabolismo. – Laura comenta señalando a Kim, ya que esta se encontraba degustando la Pizza.

—Hagamos un trato. Te cambiaré mi metabolismo por tus pechos – propone Kim.

— Incluye el collar y tenemos un trato.

—Querida es un gran trato – dice Sebas mirando los pechos de Laura.

—Oye, ella va a tener sus propios pechos muy pronto – menciona Daniela comiendo un poco de su pizza. Kim la mira sonriendo.

— Que bien mantienes el secreto, Daniela.

—¿Que secreto? ¿Te pondrás implantes? – pregunta Laura a Kim, sorprendida.

—No. Estoy embarazada.

—¿Estás embarazada?

—¡Emi tendrá un hermanito! – exclama Sebas.

—¿En serio, otro? – pregunta Alejo.

—Pero no descartamos las posibilidad de los implantes, ¿cierto amor?

—Eres desagradable – Laura le dice a Sebas.

—Brindó por ti, Dany – Kim levanta su copa

—Yo también – Alejo.

—Esto es por nosotros – concluye Daniela y todos chocan sus copas brindando.

(...)

Kim y Sebas ya en su auto a punto de irse a su casa, se despiden de Daniela y Alejo, quienes se encontraban afuera del lugar. Ya la cena había terminado, y cada quien partía a sus casas. Laura ya se había marchado.

—Sebas está ebrio – menciona Alejo a Daniela, despidiéndose. La castaña le sonríe, asintiendo.

—Buenas suerte, adiós chicos. ¡Que sea niño! – grita Daniela, despidiéndose con la mano.

—¡Que sea saludable y feliz! – Alejo también grita.

—¡Y que tenga un enorme pene! – esa era Daniela.

—¡Dios! Eres terrible – Daniela ríe.

—Ay, hablando de terribles... – dice Daniela sacando su celular de su bolsillo empezando a teclear en el.

—Tranquilízate. ¿Estás haciendo una llamada para tener sexo?— le pregunta su amiga con una sonrisa.

—Callate – le dice la castaña, llevándose el celular a su oreja.

—En serio, querida. Eres terrible.

—Adiós bebé, descansa– se despide Daniela de su amigo.

—Descansa, Max – le dice el chico, refiriéndose al nombre del hombre con que su mejor amiga pasaría la noche.

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