Capítulo 20

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Daniela había cumplido su primer deseo: aprender a volar, y lo había hecho junto al amor de su vida. Era algo que nunca imaginó hacer, pero lo había disfrutado mucho.

Ambas mujeres se encontraban en el parque, comiendo al aire libre. Daniela se detenía a observar a un par de ancianos que atendían el puesto de comida. El par de ancianos seguían demostrando su amor a pesar de los años. Ella los miraba con una sonrisa en sus labios y luego ve a su doctora frente a ella.

—¿Que vas a hacer después de que me haya ido? — pregunta Daniela de repente. MJ la ve con el ceño fruncido y haciendo como sí no la hubiera escuchado.

—Ay vamos. Y dices que soy yo la que no habla de sus sentimientos.

—Es solo... que no me gusta pensar en eso.

—María José, necesito saber que vas a estar bien.— MJ reí sin una pizca de gracia.

—Por dios.

—No. Podríamos hablar acerca de lo que sentimos— le dice Daniela tomando su mano.

—Ahora yo he creado un monstruo—. Daniela reí.

—Sí, lo hiciste—. Daniela acaricia la mano de la doctora—¿Entonces?.

MJ solo baja la cabeza observando las caricias que le hace su castaña, respirando profundo decide  hablar:

—Entonces, este viejo va al doctor, y trae a su esposa, es una prueba física anual, y el doctor dice: "necesito una muestra de orina, una de sangre, una de esperma y una de heces"— Daniela la mira y escucha atenta.—El viejo no podía escuchar muy bien, así que voltea a ver a su esposa y le pregunta: "¿Qué? ¿Que dijo?. —MJ Imita la voz del viejo.— Y la esposa voltea y le dice: "¡Quiere tu ropa interior!". — termina de contar el chiste y observa la reacción de su castaña, que solo reí negando con la cabeza, MJ sonríe viéndola.

—Mi trabajo esta hecho — le dice la castaña riendo.

De un momento a otro comienza a llover y ambas mujeres se quedan observando la lluvia caer. Daniela cierra los ojos, mirando hacia el cielo y las gotas de la lluvia cayendo en su rostro.

Daniela está flotando en el agua cristalina con sus ojos cerrados y completamente en paz. Cuando de repente su cuerpo se sumerge completamente, haciéndola despertar abruptamente; se observa que está en su cama respirando agitadamente, con MJ durmiendo a su lado y que después despierta y le acaricia  delicadamente el rostro dejando besos en el hombro de Daniela.

A partir de ese día, Daniela solo se mantenía en cama con su fiel amigo siempre a su lado: Ramón. Su madre la cuidaba, Alejo y Laura también, su padre le leía cuentos como cuando era pequeña. Kim se quedaba con ella hasta que se durmiera. Daniela tenía el cuidado y amor de las personas que ella también amaba y no podía estar más agradecida por ello.

Alejo y Laura la animaban y la hacían reír con sus chistes y bromas; haciéndola olvidar de todo por un momento. MJ se quedaba en las noches a dormir y siempre estaba al pendiente de ella. La castaña a pesar de todo se sentía bien, por estar rodeada de todos lo que ama.

Tengo que ir a Nueva York unos días, pero llámame si necesitas algo, ¿está bien? — le dice Germán a Daniela por teléfono.

—Está bien lo haré — le responde la castaña acostada en su cama. — Te amo.

Yo también te amo.

—Adios. — Daniela colgaba el teléfono, dejándolo a un lado de su cama.

Su madre entra a su habitación con una canasta de ropa limpia en sus manos.

—¿Y esto incluye una gran fiesta inaugural? — pregunta la castaña al teléfono. — Está bien, eso es lo que quiero. Grandioso. El nombre es Laura Villa. —Daniela observa a su madre, sonriendo. — Es una sorpresa. Muy bien, muchas gracias. Adiós. — Mafe solo organizaba la ropa, mirando a su hija que toma un sobre en sus manos.

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