Ariadna.
Abro los ojos, porque siento como mi mamá me mueve un poco, para que despierte.
-Qué pasa ma?- está todo oscuro.
-Ari, necesito que te fijes lo que hace papá. Son las 2 de la mañana y el vecino, está de jodita.-
-Y qué pasa con eso ma?- me froto los ojos.
-Es que sabes lo quilombero que es. Te llamé porque necesito que vayas al departamento de acá al lado y fijate si podes decirle que baje la música o algo.-
Dios, ya mé cansé de ser tu mejor guerrera, ayudame.
-Bueno ma, me pongo las crocs y salgo. Voy yo, que papá se vuelva a acostar.-
Asintió y salió de mi pieza, seguida por mí. Cuando entré a la cocina, instantáneamente supe el por qué del enojo de mis papás, si retumbaba todo ahí adentro, no me quiero imaginar la pieza de ellos.
Cerré la puerta de casa y me dirigí a la casa de al lado, toque la puerta, nada, hubo una segunda vez, y tampoco nada, intenté una tercera y ni humos del vecinito.
Mi paciencia se agotó, y como si a propósito fuera, la música seguía subiendo. Decidida abrí la puerta y casi me caigo de culo. Estaban todos los que había visto en la tarde de ayer, escabiando a más no poder con los vasos en las manos, sin embargo, estando en sus 5 sentidos o no, todos se dieron cuenta de mi presencia y me miraron. Me intimidé al darme cuenta de que tenía mi piyama puesto, un pantalón que hacía que se me vea un poco el orto, y una remera también un poco bastante corta y finita.
Sólo me quede inmovilizada, hasta que una voz en mi cuello me sacó de mi trance.
-Me estabas buscando?-
-Y-yo, sí. Quería ver si podías bajar un poco la música.- traté de sonar firme, pero estoy a nada de perder la cordura.
-Y si no lo hago, qué?- no me sonrías así por favor, me derrito.
-Por favor, es jueves recién Enzo.-
-Bueno muchachada, acá la señorita Ariadna, alias, yuta, pinchó todo, así que taza taza, cada uno a su casa.-
Sentí varios abucheos, pero valieron la pena. De un segundo al otro, la casa quedó vacía.
-Gracias.-
-No ma, gracias nada, me debes una.-
La cercanía era tanto que el olor a alcohol me inundaba.
Sin más, cortando todo mambo, me dí media vuelta y me fui de ahí, con el corazón en la boca y en cierto punto satisfecha.
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chapame toda lindo, digo,,
por favor, voten, me ayudarían un montón
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Prohibido ● Enzo Fernández ●
Ficción GeneralAriadna y sus papás creyeron que irse a vivir a un edificio iba a ser buena idea, pero cuando el chico del departamento de al lado aparece, sus mundos, en especial el de ella, quedan de cabeza.