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En un mes voy a Seúl para el show. Estoy preparando mis cosas, con Nam y Yoonie ando de acá para allá con los ensayos, la música, todo. Estoy cansadisimo.

Río escuchando la voz de su hijo Jungkook a través de la llamada mientras ordenaba su ropa en rollitos en la valija.

—Voy a ver si te puedo ir a ver. —sonrió dejando de ordenar para sentarse en la cama con el teléfono en la oreja.— ¿Taehyunnie cómo está?

Él está muy bien, está muy feliz de todo lo que está pasando. Mañana ya vuelve de sus vacaciones con Felix.

Su sonrisa se agrando al escuchar el nombre de su mejor amigo a quien extrañaba con su alma entera.

¿Y Jane cómo está?

Soltó una risa mirando a su hija menor en el sofá con los audífonos negros grandes en sus orejas, con su celular en manos.

—Bien, simpática como siempre. —escucho la risa de su hijo a través de la llamada haciéndolo reír.— ¿Quieres que te la pasé?

Sí por favor.

Se puso de pié caminando hacía el sofá donde su hija de 8 años estaba sentada, le tendió el teléfono hacia la menor quién con el ceño fruncido se sacó los auriculares y tomo el celular.

— ¿Hola? —un calorcito en su pecho se presentó al ver la sonrisa de su hija al escuchar la voz de Jungkook— ¿Te acordaste que tenés hermana no?

Soltó una risa chocando sus manos, se alejo de la sala con una sonrisa yendo hacia la cocina en busca de algo para tomar. Estaba cansado ya que estuvo haciendo las valijas puesto que mañana volvía a Seúl después de cinco años de irse de allí para irse a los Ángeles con su hija, dejando a su hijo Jungkook en Seúl para que pueda seguir con sus sueños con la música.

Suspiro apoyando su mandíbula en la botella, sonrió mirando a su hija hablando con su hijo mayor por llamada, definitivamente, los había educado bien, muy bien, estaba orgulloso de él por aquello.

—Bueno Jungkook, anda a bañarte que desde aquí se huele tu olor a culo. Chau, te quiero. — escucho la risa de su hija antes que ella le devuelva el teléfono aún en la llamada.

—Jungkook, ¿Ya te vas? —pregunto agarrando su teléfono mientras guardaba la botella en la heladera.

Sí, tengo que bañarme y después tengo que ir a dormir porque me tengo que levantar temprano. — asintió sentándose en la barra.— Pá.

¿Si?

Jane me preguntó por Han.

Un silencio se apoderó del lugar, en la llamada no escuchaba nada, Jungkook también se había callado. Apretó la barra con su mano apretando los labios con fuerza, su lobo dentro suyo gruñó con enojo, suspiro tocando su frente con sus dedos. Cuando Han se fue de su vida, decidió irse a los meses de la separación, Jane no sé acordaba nada del alfa, nunca había preguntado por él, ¿por qué ahora?

— ¿Y que le dijiste?

Que era mejor que no sepa nada de ese infeliz.

—Jungkook, también es tu padre. —murmuró bajando la mirada.— No es bueno que te dirijas hacia él de esa forma, ya pasó Jungkook.

Escuchó el suspiro del menor a través de la llamada, el suspiro de enojo, de frustración, de dolor. Hay algo que si nunca le iba a perdonar al alfa Han era por todo lo que le había echo pasar a su hijo mayor. Levanto la manga de su brazo donde unas marcas rojas que hace un par de años dejaron de ser moradas se encontraban, todavía no habían sanado por completo.

¡Ahí voy, Nam!

Con la voz baja y suave preguntó.— ¿Ya te tienes que ir?

Escucho el suspiro de Jungkook. — Sí, ya tengo que irme, supongo que hablaremos más tarde. Padre, si ya pasó, pero yo nunca le voy a perdonar lo que te hizo pasar, a ti, a Félix, ni lo que me hizo pasar a mí. Nunca se lo voy a perdonar.

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Renovado | HanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora