Bottom! Hyukjae fic fest [2022]

Sin título

User: @KiraSunshine_

Prompt: Donde Hyukjae tiene un maravilloso harén donde todas sus joyas lo miman y le dan lo que quiere, porque un sólo hombre no es suficiente para alguien que ama estar con hombres

[...]

Podía observar desde su sillón la otra punta de la habitación a Ryeowook siendo devorado por Kyuhyun, era tan excitante la escena que en tan poco tiempo podía sentir mi masculinidad dura, pero no solo ver esa imagen me excitó, Yesung desde atrás, esparcía por todo mi cuello besos y mordiscos por doquier.

Me gustaba tener a mi merced a cada hombre que me atraía y de alguna forma, relacionarlos con piedras preciosas, tal vez... inconscientemente, estaba formando mi propia colección de piedras preciosas.

Cada uno de alguna forma estaba etiquetado con alguna piedra, pero eso es otra historia que me daba flojera tener que explicar.

Estaba muy metido en su mundo que no me di cuenta que tenía entre sus piernas a Heechul.

Lo tomé de la nuca con fuerza y lo obligué a mirarme desde abajo.

–¿A ti... quién te dio permiso de tocarme?

Heechul sabía muy bien lo que me gustaba y no, de lo contrario, me gustaba castigarlo, eso quería él, por eso sonrió de lado.

Tomé su cabeza con ambas manos y acerqué su boca a mi miembro. Empezando un frenético vaivén en la cavidad del chico, ahogándolo en el proceso.

–F-fuck... you.

Disfrutaba como nunca que me mimaran, era algo nuevo en mi estilo de vida todo aquello.

Sentirse amado y deseado era una de las sensaciones más hermosas, pero sentía que algo me faltaba, quería más. Por eso, luego de pasar la tarde junto a mis preciosos, decidí salir por la noche a un bar gay, buscando agrandar el harén.

Me gustaba ir solo, la idea de ir en grupo o acompañado y que deban esperar a que se me de la gana de dejar a mi ligue no me gustaba.

Con la chaqueta negra y el pantalón encuerado, me adentré al bar. La cantidad de personas bailando como también drogándose no me sorprendía. Empecé a bailar al son de la música, a veces mareándome por las luces blancas que se prendían y apagaban en un rápido movimiento, como miles de parpadeos.

Justo mis ojos se enfocaron en un chico de pelo castaño y algo largo sentado junto al bar, sostenía una copa de algún trago y observaba perdido a algún lado del bar.

Pensaba seriamente si acercarse o no, no recordaba haberlo visto por aquí. Era bastante guapo.

Mientras pensaba seguí bailando, moviendo mis caderas al ritmo de la música, no había momento en el que algún chico se acercara y se apoyara en mí, obviamente lo disfrutaba, pero nadie llamaba mi atención.

Decidí voltear mi cabeza por última vez al misterioso chico y para mi sorpresa éste estaba viéndome con hambre.

Me acerqué a pasos lentos hacia el bar. En cuanto llegué, el muchacho me sonrió de lado.

–Bailas... bastante bien -me dijo de forma coqueta.

Alcé el mentón del sujeto con el dedo índice con el fin de acercarme a su rostro.

–Ya sabes lo que dicen de los bailarines, así como somos buenos en la pista... –soplé en dirección a su rostro– nos movemos en la cama.

Éste tomó con suavidad mi muñeca y acercó aún más su rostro y cuerpo al suyo.

–¿Tu nombre?

–¿Si te lo digo hay premio? –contesté de forma juguetona.

–Tal vez.