Part 81: If I find my own way

30 1 0
                                    

NARRA SOFÍA

Aquella mañana sólo pude levantarme, tomar ropa cómoda y bajar a tomar una taza de café. Había estado tratando de hacer lucir la nueva casa lo más parecido a un hogar desde que salí esa semana del hospital.

-¿Estás lista?-me preguntó Mat cuando llegó por mí, hice una mueca y negué

-¿Luzco como una persona sana?-le pregunté y él también hizo una mueca para después negar

-Aún se ven los raspones y los moretones... Sofi, hay moretones por doquier.-negó suavemente y pasó

-¿Cómo se ve la casa?-le pregunté y él echó un vistazo

-Se ve como un hogar, me gusta lo que hiciste con los colores... vibrante.-me miró por un segundo- A Juan le gusta sentir que está en México y esto dice México por todos lados.-se acercó  y frotó mi espalda suavemente- ¿Necesitas ayuda con el maquillaje?-me preguntó y yo asentí

Ambos estábamos en el recibidor de la casa mientras yo trataba de cubrir  los raspones de mi rostro.

-No... necesitas difuminar un poco más el corrector.-dijo Mat y tomó la esponja para después rosearla un poco- Déjame hacerlo.-me dijo y se concentró en mi rostro

-¿Crees que fue él?-le pregunté después de un momento 

-¿Quién más sabía que tú ibas a ir a Valle de Bravo a parte de Nat y de mí?-respondió con otra pregunta mientras giraba un poco mi cabeza para mirarme mejor, lo miré a los ojos

-¿Ella?-dudé y él resopló

-Sólo tú sigues pensando lo mejor de las personas así te claven un cuchillo en el pecho.-dijo en tono de reclamo- No es por decir que Nat te lo dijo, pero te lo dijo.-bajé la mirada

-Sólo por una vez quise hacer las cosas bien.-dije arrepentida

-Y casi te conviertes en una especie en peligro de extinción.-asintió mientras usaba polvo para sellar 

-Y le mentí a Pablo... él sólo quería quedarse a ayudar.-sentí mis ojos llorosos

-Sé que te duele pero no tenemos tiempo para llorar, y no vayas a arruinar el maquillaje.-me advirtió 

-¿Cómo dejé que esto pasara?-le pregunté por décima vez en esa semana, él suspiró

-Pero no volverá a pasar.-acomodó su camisa un poco y ambos nos miramos en el espejo- Me tienes para recordarte que no vas a volver a cagarla así porque no queremos dejar a esos dos nenes sin mamá.-traté de no sonreír cuando escuché eso- Es hora de irnos.-dijo y abrió la puerta para dejarme pasar primero

En el camino al aeropuerto, sólo íbamos escuchando música pero en el momento en el que vi a mis niños en la terminal fue como si el alma me regresara al cuerpo.

-Ya llegaron.-le dije a Matías mientras tomaba su brazo

-¡Mami!-me llamó Braulio cuando me miró y corrió a mis brazos al igual que Olivia

-Ven aquí, mi rayito de sol.-le dije con una sonrisa que no pude borrar, lo cargué en mis brazos y besé su cabecita varias veces- ¿Soy yo o ustedes crecen muy rápido?-les pregunté y le di un abrazo largo a Olivia

-Mamá, mira lo que te traje de Hawaii, la gente de la aldea dice que es para proteger a las personas que más amamos.-me dijo Olivia mostrándome una pulsera tejida, le sonreí cuando me la puso

-Muchas gracias, me encanta.-le sonreí y la volví a abrazar- Me deben contar todo lo que hicieron por allá...-les dije mientras Matías caminaba con los niños al auto, Nat me miró con tristeza

-Te he visto peor pero... ¡qué bárbara!-dijo bajando la voz cuando pasó su brazo detrás de mí- No deberías de cargar niños si no quieres otra costilla rota.-me regañó y yo la miré

-Me siento mejor ahora que ustedes están de vuelta.-le dije con una suave sonrisa

-¿Cómo piensas decirle a Pablo sobre esto cuando él vuelva?-me preguntó y yo hice una mueca

-No tiene porqué enterarse aún.-la miré y ella me clavó la mirada y negó suavemente con la cabeza, aclaré un poco la garganta antes de cambiar de tema- ¿Los niños dijeron algo sobre el accidente?-le pregunté y ella negó

-Decir verdades a medias jamás será mi actividad favorita.-ambas nos miramos a los ojos antes de subir al auto

Esa misma tarde mientras todos convivíamos en la nueva casa, vi a Santi jugando con los niños cuando Matías y Nat me ayudaban a cocinar.

-Oye, ¿qué onda con tus nauseas?- me preguntó Nat mientras yo preparaba la ensalada, me detuve un momento para verla al igual que Matías

-¿Qué onda con las tuyas?-contra pregunté y Matías nos miró a ambas

-Sí, ¿qué onda con sus nauseas?-preguntó Matías con un trapo en las manos, los tres nos miramos

-Uno de los efectos secundarios de mi medicamento son las nauseas, me lo dijeron en el hospital.-respondí de manera tranquila y continué con la ensalada, a los pocos minutos se escuchó el escándalo de los niños corriendo por la casa seguido de Braulio emocionado

-Papáaaaaaaa.-Nat le decía algo entre dientes a Mat

-...dijiste que iba a llegar mañana.-me giré a verlos

-¿Fueron ustedes?-les pregunté y Mat apuntó a Natalia

-Natalia.-la regañé en silencio y poco después vi a Pablo entrando con los niños en brazos pero al verme se quedó pálido

-Sofía...-se quedó con la boca semi abierta, bajó a los niños

-Mamá tuvo un accidente en la mudanza.-soltó Olivia

-Sí, los roba coches se robaron la camioneta de mamá.-dijo Braulio asintiendo

-Los roba coches son un gran peligro en esta sociedad.-confirmé yo, Pablo asintió lentamente con las manos en la cadera, me clavó la mirada y yo me acerqué a tomar su mano suavemente

-¿Me concede un momento, señora Villamil?-me preguntó tomando mi mano y yo lo llevé a la que sería ahora nuestra oficina, él cerró la puerta detrás de él- ¿Me quieres explicar qué...-comenzó tratando de mantener la calma

-Por favor, no me mires así.-le pedí y él resopló

-Cuando me fui esperaba regresar con la ilusión de ver a mi familia feliz y comenzando una nueva etapa... una que fuera feliz, no esperaba verte así.-soltó en forma de regaño

-No quería preocuparte, estabas en la gira...-lo miré tratando de mantener la calma

-¿Preocuparme? Claro, mi esposa tuvo un accidente.-se acercó y tomó mi cara suavemente en sus manos - ¿Qué te pasó?-preguntó con el ceño fruncido

-Iba a ir por la custodia de Emma a Valle de Bravo pero jamás pude llegar.-solté despacio y él suspiró

-Sofía Páramo, sólo tú creerías que...-se detuvo y se dejó caer en el sofá- ¿Por qué siempre quieres hacerlo todo sola?, ¿Por qué?-negó con la cabeza mientras tomó mi cintura y hacerme sentar en su regazo, me rodeó con sus brazos y suspiró de nuevo

-Jamás podré involucrarte en la mierda de Marcela.-le dije mirando sus ojos

-Por favor entiende que no quiero una vida sin ti, tenemos una familia, dos hermosos niños... te amo más que a mi propia vida, Sofía... No puedes hacerlo todo sola, no puedes seguir poniéndote en riesgo por hacer feliz a los demás.-sentí un dolor en el pecho que no me ayudaba a sostenerle la mirada -Somos un equipo desde antes de casarnos, por favor no me hagas esto, mi vida...

-Odio cuando tienes la razón.-le dije y él limpió un par de lágrimas de mi mejilla

-Prometimos hacer esto juntos, en las buenas y en las malas, señora Villamil.-dejó un besó en mi mejilla- Por favor, no hagas nada estúpido... tenemos una vida juntos, ya no es tuya ni mía, es de los dos.-me miró a los ojos y yo asentí- No se te ocurra dejarme sólo con dos niños, no sabría qué hacer sin ti.

-Perdón, perdón, perdón...-dije una y otra vez mientras lo abrazaba

-Nunca me dejes, Sofía.-se aferró más al abrazo mientras yo negaba con la cabeza


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desde Que LlegasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora