𖹭⠀࣭⠀𝟎𝟏

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Con dificultad, Pablo abrió los ojos lentamente, parpadeó en repetidas ocasiones intentando acostumbrarse a la cantidad de luz que había en la habitación.

La noche anterior fue un desastre, Pedri tuvo un par de pesadillas, así que Gavi optó por quedarse despierto para poder abrazar a su pequeño cada vez que despertara exaltado.

Luego de despertar varias veces llegó un momento en el que Pedri simplemente se rompió. Lloró a mares aferrado a Gavi, quien no preguntaba nada que pudiera empeorar la situación, solo acariciaba su espalda y susurraba pequeños «Estoy aquí» «Llora todo lo que necesites».

Con cuidado Pablo buscó con la mano el pequeño cuerpo de su novio en la cama, pero solo se topó con las frías sábanas del lugar vacío. Por segundos sintió como su alma dejó su cuerpo; sin embargo, en cuanto su nariz logró percibir el agradable aroma del café no solo supo donde se encontraba pedri, sino que también su estómago rugió hambriento.

Con pasos silenciosos se acercó a la cocina mientras frotaba sus ojos con su mano hecha puño. Pedri estaba de espaldas a la puerta sirviendo lo que había cocinado con anterioridad, pero a pesar de eso logró sentir la presencia del recién llegado.

Pedri vestía uno de los hoodies favoritos de su novio, la prenda cubría lo suficiente como para no llevar pantalones. Los calcetines que usaban eran algo largos y adornados por un adorable estampado de gatitos con diferentes colores de pelaje, cosa que causó gracia en Gavi.

Pablo se acercó sigilosamente a su espalda, aprisionando entre sus brazos aquella delgada cintura. Dejó un par de besos sobre su hombro antes de esconder su rostro en el cuello de su novio, e inhalar su dulce aroma a vainilla gracias a los cientos de productos que usaba con esa fragancia.

—Buenos días, mi amor —dijo pedro, soltando los platos para darse vuelta—. ¿Aún tienes sueño?

Gavi asintió con un puchero mientras Pedri acariciaba sus mejillas y reía suavemente.

—Primero desayunemos y luego tomamos la siesta juntos en el sillón —Los ojos de Pablo brillaron al pensar en la idea—. ¿Por qué te sigue emocionando algo así? Llevamos dos años durmiendo juntos.

—Junto a ti hasta lavar los platos es emocionante —sonrió y Pedri sintió las mariposas en su panza revolotear felices.

—Que novio tan cursi tengo —dijo para luego dar un saltito y enrollar sus piernas en el torso de Gavi—, pero habla demasiado, y yo solo quiero que me bese.

Con una sonrisa, Pablo afianzo el agarre en los glúteos de Pedri. Acercó su rostro peligrosamente al contrario tomándose su tiempo, logrando desesperar a Pedri, quien lo agarro del cuello para por fin unir sus labios.

Fue un beso suave y sin prisa, se encargaron de disfrutar el momento, hasta que Pablo lo rompió con una sonrisa.

—Eres un desesperado —dijo dejando a Pedri sobre la encimera—, ahora come para que podamos tomar la siesta, necesitas descansar —Dejó un beso en el hombro de su novio, quien sonrió ante la calidez que se instalaba en su pecho.

drabbles ★ gadriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora