Reinos Caidos

Capítulo VII

El bosque era muy denso, no se podía atravesar con facilidad, a cada paso le aparecía un nuevo rasguño en la ropa y a su vez en la piel; las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, sus gritos se contenían en lo más profundo de su garganta y la ira que tenía poco a poco estaba punto de destruir su interior.
Llegando a un claro y liberándoce de la densa vegetación cayó de rodillas al pasto, las piernas le dolían, por las lágrimas la visión que tenía era muy limitada, no cargaba consigo nada más que una pequeña espada y la corona que alguna vez lo nombró príncipe de un hermoso Reino, ahora por sus actos atroces ya no significaba nada.
Los gritos y relinches de los caballos se escucharon nuevamente, estaban cerca... Se quitó la corona, la vió una última vez, la nostalgia y el dolor en el corazón fueron inevitables, no era merecedor de portar ese hermoso artefacto, simplemente lo dejó en el suelo a mitad del claro y se fué directo a la vegetación.
Cuando ya se le había perdido de vista los guardias llegaron justo a aquel lugar y se detuvieron al notar un objeto misterioso en el suelo.

París:* baja de su caballo y toma el objeto* Es la corona del príncipe Willy

Trollino.exe:Estuvo aquí...

París:¿Será que sí? =-=

Trollino.exe:¿Crees que esto signifique su rendimiento?

París:Si fuera así estaría aquí con las manos en alto, creo que simboliza más su renuncia

Trollino.exe:¿Qué hacemos?

París:Aunque se arrepienta no creo que a los Reyes les agrade saber que desapareció sin dejar rastro

Trollino.exe:Seguiremos buscando un poco más, pero están cerca los límites del Reino, si sale no podremos seguir avanzando

París:Entonces hay que evitar que eso ocurra *se sube a su caballo* ¡Dispérsense, unos vayan al norte, otros al sur, al este y al oeste, cuando lleguen a los límites regresen al castillo ya sea que lo hayan atrapado o no!

Trollino.exe:Esperemos que sea con él, si no es así será un gran problema

París:No pienses en eso ahora, tú vienes contigo, ¡vamos!

La persecución continúo, los guardias se separaron tratando de cubrir gran parte del terreno. Mientrastanto, Willy, que a estas alturas ya había dejado de ser un príncipe, continuaba corriendo entre la vegetación, sentía las piernas muy frágiles y apunto de romperse, pero bién sabía que no se podía detener.
A lo lejos pudo ver un camino, era el camino para lograr salir del Reino, esa era su solución y su única esperanza, se sintió tan aliviado de ya estar tan cerca de salir, pero su emoción desapareció al notar que unos guardias pasaban por aquel camino, se detuvo en seco pensando que hacer o a dónde ir, fue entonces que a lo lejos notó a un hombre que conducía una carreta transportando algo de heno, rápidamente se colocó la capucha que su capa traía y se acercó a el hombre. Aquel sujeto al notar la presencia del extraño paró la carreta y lo miro con cierta duda, tenía las ropas rasgadas y notaba algunas manchas de sangre en ella, no le podía ver el rostro y de igual manera no le daba muy buenas vibras.

Willy:Necesito de su ayuda

S.:¿Qué es lo que quiere?

Willy:*Señala a los guardias que están a lo lejos* ¿Ves a esos hombres que están ahí? creo que no les caigo muy bien, necesito que me dejes esconderme entre el heno de tu carreta para no ser visto y lograr salir de aquí?

S.:¿Por qué debería ayudarte?

Willy sacó un pequeño bolso de cuero y se lo entregó al hombre, este lo Miró con algo de temor e intriga, jaló una de las pequeñas cuerdas para abrirlo dejando al descubierto su contenido.