Que ganas

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-No me lo puedo creer-le digo a Tori ,irritada.

Hacía ya diez minutos que estábamos en videollamada hablando sobre Italia.

-Ya, yo tampoco-me responde con risueño.

-¡Tori!, esto no es una broma no voy a poder verte en tres meses. Y a Jona tampoco...

-Hay por favor que dramática eres. Te vas a Italia tres meses deberías estar celebrándolo, no llorando. Y tengo la mejor manera de hacerlo-me dice subiendo y bajando las cejas.

-O no- gruño arrepentida, ya se cómo va a acabar.

-O si- sin darme tiempo para responder cuelga.

Después de grítale a mi almohada, me levanto y saco la maleta de debajo de la cama que me llevaría a Italia. La miro con el entrecejo fruncido, es de un tamaño aceptable-aunque seguramente necesitare más-y obviamente de color amarillo, que por si no lo habéis averiguado aun, es mi favorito. Tiene algunas marcas de maltrato y un par de pegatinas que puse la ultima vez que estuve en Italia. Hacia ya por lo meneos 8 o 9 años de eso. Pero no me da tiempo a abrirla porque veo que me ha llegado un mensaje, al ver que es de Jona me tiro inmediatamente a la cama para leerlo.

Hola flor, vas a ir a la fiesta de hoy ?

Le respondo lo más rápido que me dejan mis dedos, y obviamente, le digo que si. Así que ya no había vuelta atrás y menos cuando escucho el timbre de mi casa. Ya había llegado y Tori cuando hay que prepararse para una fiesta es como un torbellino, no para.

Intento llegar la primera a la puerta pero mis hermanos ya están saludándola, lo que solo puede significar una cosa. Aunque les quiera mucho y todo eso, son insoportables, el mayor por 9 minutos, Lucca, es el más sociable y loco, pero el cerebro de las bromas siempre es Nico, el listo, no se como lo hace pero logra sacar matricula de honor en todo. Y como no, tienen una broma preparada, así que tan rápido como puedo agarro a Tori del brazo y la arrastro hasta mi cuarto, cierro la puerta detrás de mi de un portazo.

Tori esta con una sonrisa, mirándome desde la cama y veo que tiene mi móvil en la mano.

O no.

-Así que si te lo pide tu noviecito le dices que si. Que curioso, y yo, tu mejor amiga-ofendida, se pone las manos en el corazón-tengo que suplicarte que vengas y lo único que me das es un simple a lo mejor-dramáticamente se tira en mi cama.

-Y que puedo hace para compensarlo-digo con un puchero-puede ser lo que quieras.

Con eso último capto su atención por que se levanta y empieza a mirar su caja profesional de maquillaje que sus padres le habían regalado por su quinceavo cumpleaños.

-Entonces lo que quiera, ¿verdad?

-Lo que quieras, menos maquillarme.

-Pues entonces nada, voy a estar enfadada contigo para siempre-y se cruza de brazos dándome la espalda. Después de unos segundos de silencio cedo.

-Valeeeeee- digo entre suspiros.

-Muy bien, voy a maquillarte tan bien que no vas a poder reconocerte cuando te mires al espejo.

-Que bien...

Después de una hora de maquillaje y media para elegir la ropa, por fin estábamos listas y esperando a que Jona me enviase un mensaje para avisarnos de que había llegado.

Tori va con un mini vestido negro que le queda como un guante, y unos tacones que la hacen aún más alta de lo que es, siempre con su pelo perfectamente perfecto y un maquillaje que resalta sus ojos azules y afilados pómulos. Yo que llevo una camiseta apretada de color verde botella y una falda vaquera demasiado corta para mi gusto, también llevo mis botines favoritos que tienen un poco de suela y así no me siento tan bajita al lado de Tori.

Un solo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora