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"Gold Coast"

MEGAN

No recuerdo la última vez que me divertí tanto.

La fiesta no terminó hasta las tantas de la madrugada.

Cuando el amanecer adornaba el mar.

A veces el cielo puede ser tan....

Mágico.

Después de apreciarlo, y tomarle una fotografía de recuerdo, me fui a mi cuarto a dormir.

No me costo tanto llegar, el efecto del alcohol había disminuido un poco con las horas.

Lissa fue a dormir con Cárter a su habitación, así que la primera "noche", estrenaría el cuarto...sola.

Revise mi teléfono por si Brady había respondido mi mensaje.

Cómo a las tres de la mañana le escribí.

Megan
Ey
Te echo de menos
¿Nos vemos en algún lado del barco?

Brady
Ya te llamé una vez, Megan.
No me la voy a pasar rogándote.

Megan
Estaba tomando unos tragos con Lissa.
¿No podemos pasar un rato juntos igual?
Leído

Había leído mi mensaje y lo había ignorado.

Gracias al cielo no tuve tiempo para ponerme triste porque Jake logró distraerme con alguna tontería que había hecho.

Me acosté luego de quitarme el maquillaje y ponerme el pijama.

Desperté al otro día dado que alguien le daba golpes muy fuertes a la puerta.

-¡Arribaaaa! Ya es hora de desayunar, en el comedor en 10 minutos -. Era la voz de Ray.

Eran las nueve de la mañana. No había dormido mucho, creo que nadie lo había hecho.

Con pesadez me levanté de la cama y me metí al baño a lavarme.

Salí de la habitación y crucé todo el pasillo hasta subir al segundo salón de la cubierta principal, donde se encontraba el comedor.

Encontré a Tommy en la fila, sostenía una bandeja en sus manos y veía que es lo que había para comer.

Estaba solo así que tome una tazay me acerque a él.

Tenía puestos unos anteojos de sol.

-Hola Tommy - le dije no muy alto.

-Hola Meg - el me respondió con una voz ronca y cansada - ¿Como te sientes?

-Bien, con un poco de dolor de cabeza, ¿Qué hay de ti?

-Nunca tuve tanta migraña en la vida, pero tengo la solución a nuestros problemas - dijo sacando una tableta de pastillas - tómate una después de desayunar y te garantizo que estarás bien, o que no te sentirás muerta el resto del día.

Y me dio una en la mano.

Yo solté una risa ante su comentario.

El verano del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora