Sano Kendra después de morir en su presenté viaja al pasado para salvar a su padre; Sano Manjiro de un futuro atroz.
NO ACEPTÓ COPIAS, INSPIRACIONES, A MENOS QUE TENGAN MI PERMISO Y EN TODO CASO DAR CRÉDITOS
- INICIÓ: 18/ABRIL/22
- FINALIZÓ:
FANFIC...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jajja ya se q no actualizó desde julio, pero es que se fue la imaginación y la motivación.
Año 2005
Draken: Desconocía que fueras tan buena peleando, tienes buena resistencia.
Reí nerviosa, intentando que fuera divertida. Por la expresión de ellos, creo que se dieron cuenta.
Manjiro: Pareces un robot —dijo, y Draken le dio un golpe en la cabeza—. ¡Hey!
Draken: ¡No seas grosero!
Manjiro: ¡Pero es la verdad! Hasta tu lo has pensado —chilló, defendiéndose.
Lo único que logro es que Draken lo volviera a golpear. En medio de la conmoción y tantas emociones mezclada, no podía pensar con claridad o pensar en algo.
Manjiro: Ya, ahora pareces robot con virus —Colocó su mano sobre las mías, evitando que siguiera pellizcando la piel alrededor de las uñas.
—Perdón, Manjiro.
Draken: Urge que tengas amigos.
—¿Auch?
Manjiro le dio un golpe a Draken, ahora.
Manjiro: ¡Ken-chin, fuiste groseros!
Draken: ¡¿Qué mierda?! —preguntó confundido, Mikey se cruzó de brazos indigando.
No pude evitar reírme, junto con Emma. Pude notar como Mikey sonrió al verme reír, y no pude evitar sentirme incomoda.
Nunca compartí momentos divertidos con mi padre. Los de ahora son muy raros.
Manjiro: Draken, Emma ¿me pueden dejar a solas con Jinku-chan?
Draken: de acuerdo, mikey.
Emma: ¿Hm? ¿Qué le vas a decir?
Su hermano la miró de reojo. Ambos obedecieron para después salier.
Lo miré, atenta. ¿Es real? ¿Estoy con mu padre? Somos él y yo.
Manjiro: ¿Necesitas hablar? —preguntó, regresandome a la realidad.
—¿A que te refieres?
Manjiro: Te ves... nerviosa.
—Estoy bien —aseguré, neutra. Parecía más una afirmación, que una respuesta humana.
Manjiro: Deja de actuar de así —repitió, cansado.
—¿Así como?
Me miró, y después suspiro después de tirar de su cabello en un tipo berrinche.
Manjiro: Olvídalo.
—Estoy bien —repetí—. ¿Puedes dejarme sola? Quiero dormir.
Manjiro: Claro.
Se fue. Y, quede sola entre cuatro paredes opacas; vacías, sin sentimientos, sin color; igual a como me sentía.