Jungkook no tiene la menor idea de cuánto tiempo ha pasado en la misma posición, apoyado en la cercanía de sus omóplatos y consumiendo la firmeza de unos glúteos que luchó por mantener durante un verano completo y unos cuantos meses más de entrada al otoño.
No está haciendo nada en particular, simplemente está sentado en el lugar que se designó a sí mismo dentro de la biblioteca, con los brazos cruzados sobre el abultamiento de su delgado pecho y la cabeza inclinada hacia abajo, hacia los libros que mantiene cerrados en la superficie delante de él.
Hace rato que ya ha terminado con todos y cada uno de sus deberes universitarios. Las asignaciones para la próxima semana ya no forman parte de sus preocupaciones y las ha tachado de su lista de quehaceres, junto a las actividades de los libros de apoyo que creyó que podrían convertirse en tareas futuras y que sinceramente no tiene ganas de hacer ningún día que no sea ese.
Podría considerarse a sí mismo como un joven estudioso, sumamente dedicado a su aprendizaje, quizás un poco excesivo desde una perspectiva ajena y no la propia, pero lo cierto es que siempre está pensando en que, mientras más rápido termine con todas esas cosas, más tiempo libre tendrá para hacer otras.
Por supuesto, sus suposiciones siempre son correctas, y hoy no es ninguna excepción a esa regla de causa y efecto no escrita. En efecto, Jungkook ha acabado con sus pendientes, y en consecuencia, ha quedado con una cantidad de tiempo libre gloriosa, el resto de una tarde y todas las horas de una noche completa solo para él y lo que sea que quiera hacer. El problema, sin embargo, está en que no sabe qué hacer ahora. No tiene ningún plan, ni ha organizado alguna salida con sus escasos compañeros de clases, esos que no han cruzado la línea de la amistad y que se mantienen como meros conocidos a los que saluda de paso o dentro del salón.
Por otro lado, no tiene ganas de hacer nada que involucre el individualismo, ni mucho menos le apetece andar deambulando por ahí sin un rumbo en específico, sin nada que hacer ni a dónde ir. No tiene coche para pretender que puede pasear por las calles alejadas de la zona universitaria —ese es un lujo que no ha podido darse desde que se marchó de la casa de sus padres—, y la idea de andar a pie tampoco le parece demasiado atractiva considerando que la temperatura descenderá tan pronto como la luna ocupe su trono en el cielo.
Le resulta un poco penoso estar en esa situación. Es decir, es viernes y la noche se aproxima, y tiene por seguro que la mayoría de los jóvenes universitarios como él estarán preparándose para ir a alguna fiesta despampanante y escandalosa, de moralidad cuestionable y una cantidad de diversión que su introversión no podría soportar aún si se diera la oportunidad de intentarlo.
Es probable que todo el mundo allí se esté preparando para pasarla en grande —lo deduce por la poca cantidad de personas a su alrededor—, mientras que él está allí, en una biblioteca inmensa de una institución aún más grande, sin nada que hacer pero resistente a la idea de buscar algo con lo que entretenerse.
Si estuviera en otro cuerpo, se burlaría de su miseria para variar, pero no cree que deba ser tan duro consigo mismo a sabiendas de que prefiere esto a cualquier otra cosa que lo haga sentir demasiado incómodo, demasiado extraño, demasiado fuera de lugar.
No, definitivamente está bien así, en especial porque ni siquiera lleva tanto tiempo siendo un estudiante. Apenas está cursando el primer semestre de su carrera de física —en realidad solo tiene dos meses allí, pero prefiere hablar en términos académicos para evitar ser llamado por ese ridículo apodo que se les da a los de nuevo ingreso por pura molestia o por costumbre—, por lo que para él es más que comprensible no haber creado lo que se podría calificar como amistades verdaderas que le duren toda la carrera.
Si bien ha desarrollado la confianza con alguno de ellos para hacer preguntas, formar grupos de estudio e incluso saludar por los alrededores del campus, no le parece que sea suficiente para pasar fines de semana junto a ellos ni acompañarlos en sus desconocidas hazañas.
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How to spell correctly ✿ taekook au! | ✓
Fiksi Penggemar"Jungkook no tiene nada que hacer un viernes por la noche. Está solo en la biblioteca de la universidad y encuentra el registro de estudiantes por mera casualidad. Su pronunciación en coreano es un asco y tiene ciertos problemas para articular el no...