Capítulo 2

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Cerro la puerta del auto, despidiéndose de su chófer por molestarlo en su tiempo libre.

El cual inclino su gorra después de haber bajado las dos maletas de su jefe, regalándole una sonrisa como despedida.

Observó como el coche daba la vuelta completa de su jardín para salir por las rejas.

Con un suspiró tomo sus maletas, teniendo la intención de adentrarse al hogar de su padre.

—Joven Raizel, que gusto verlo por aquí.

—....Igual es un gusto verlo señor Lee. —Volteo ligeramente su cuerpo con el propósito de que puedan hablar de frente.

Soltó un suspiró dejando ver una sonrisa de felicidad en sus labios —¿Nesecita ayuda con sus maletas? —Preguntó sin intenciones de entrometerse en su inesperada visita.

—..... —Volteo a ver sus maletas por un momento, regresando su mirada al jardinero frente suyo.— No, agradezco su oferta, pero puedo hacerlo.

Sonrió levemente dejando escapar un suspiró, observo al hijo menor de su jefe quien se notaba cansado y un poco demacrado.

—Comprendo, entonces no le haré perder más tiempo, tengo que arreglar las flores del jardín. —Vio asentir al menor quien dio un ligero vistazo a su alrededor.

—¿Qué le pasó a las flores? —No pudo evitar preguntar al notar como todas las flores estaban marchitadas y de paso los arbustos se volvían amarillentos casi llegando a café.

—No lo sabemos, esta mañana las encontramos todas marchitadas, tendré que darle mantenimiento a todo y descubrír la causa, aunque será un poco difícil. —Respondió también observando cada parte del jardín con una sonrisa triste, el como ver las flores todas caídas y sin aquel característico color que las hacia brillar, era algo que siempre le provocó tristeza.

Se mantuvieron unos momentos en silencio apreciando lo que quedaba del jandin.

—Me disculpo, dije que no le haría perder el tiempo y no cumpli lo dicho —Rompió el silencio al notar que seguían afuera.

—No hay problema —Vio como el contrario hacia un reverencia mientras agarraba unas cubetas.

No sabia que las tenia a su lado en primer lugar, pero no le tono importancia y tomo nuevamente sus maletas y camino unos cuantos pasos hasta que tuvo que levantarlas del piso para subir las escaleras.

Dio un largo suspiró y toco las grandes puertas de su hogar, esperando que alguna empleada abriera.

Siendo a los cuantos segundos que fueron abiertas completamente, siendo recibido con una reverencia de todas las empleadas que se encontraban presentes.

Empezó su andar hasta que dos jovenes de acercaron a él, tratando de tomar sus cosas.

—¿Joven Raizel? —La duda en su voz era evidente.

—Hola Noona —Saludo cordialmente dejando que las jovenes se llevaran sus cosas antes de que pudiera decir algo ante sus acciones.

—Mi niño, me alegra volver a verte —Se acercó viéndolo de reojo de pies a cabeza.

—.... —Se mantuvo en silencio dejando que la mayor lo examinara con la mirada, al igual que las demás chicas que trataban de ser discretas pero no les funcionaba.

La mujer solo sonrió al verlo igual de callado como hace años atrás.

—El señor Raidus salio unos momentos, pero podría llamarlo para avisarle de su llegada.

—No vine a verlo a él —Declaró antes de que la mujer siguiera hablando.

—Ya veo. Creo que el joven Reynold salio hace unos momentos, no estoy segura. —Comento mostrando inseguridad en sus palabras.

Aquel Omega [Noblesse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora