Aquel Omega [Noblesse]

Capítulo 4

Sabía que algo andaba mal en su pareja.

Incluso si Reynlod era una persona inexpresiva (aunque toda la familia Cadis era igual), la forma en ver a los demás lo delataba.

Y eso lo preocupaba.

Sabía que andaba algo mal, incluso si no supiera que es, sabía que estaba relacionado con Raizel, y era algo que le dolía a su pareja.

Podía verlo en la forma en que observaba a Raizel.

Una mirada apagada, mientras sus pupilas se oscurecían cada vez que lo miraba a su rostro.

Y de solo ver a su pareja en ese estado, le dolía mucho.

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—¿Sucedió algo malo? —Pregunto una vez su pareja regreso a su cuarto.

Reynold levantó una ceja ante la inesperada pregunta por el Alfa.

—¿Por qué la pregunta?

—Te está afectando —Contesto, tomando de la cintura a su pareja para que tomara asiento en la cama.

—..... —Guardo silencio, tratando de mantener su mirada en alto, pero la termino bajando al sentir como sus ojos se volvían cristalinos, frunció el ceño al sentir las primeras gotas caer, mientras apretaba su mandíbula ante la impotencia de dejarse llevar por aquel sentimiento.

Muzaka al ver el cambio de actitud por el azabache, decidió guardar silencio, llevando la cabeza del contrario a su clavícula, no muy cerca de su glándula, lo último que quería hacer era marearlo.

Fue un silencio incómodo, donde no sabían cómo romperlo.

—No es nada... —Fue un susurro que solamente los dos lograron escuchar.

Pero las lágrimas de Reynold cayendo en su hombro solamente lo contradecían.

Y lo único que pudo decir fue un "todo estará bien".

Tratando de controlar el dolor con una pequeña mentira blanca, la cual más adelante podría provocar más dolor.

Y él perfectamente lo sabía.

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Tosió unas cuantas veces antes de tomar un poco de agua.

Suspiró, la incomodidad que sentía en su garganta era horrible, es como si algo estuviera atorado en su garganta, lo que provocaba los ataques de tos.

Cerca de las 4 de la tarde se resignó a hacer algo productivo, no iba a desperdiciar lo que quedaba de su vida.

Y si no quería eso, tenía que empezar con hacer algo.

Dirigiéndose al baño empezó a desnudarse hasta poder meterse bajo la regadera, la cual no había preparado antes, lo que provocó que sus vellos se levantarán al toque de las primeras gotas frías caer directo a su piel.

Y una vez regularizada el agua metió por completo su cabeza, dejando escapar un suspiro, dejando sus músculos relajarse bajo el agua tibia.

Donde mantuvo su mente en blanco por unos cortos segundos antes de soltar la pregunta que estuvo guardando desde que comenzó "aquel incidente"