Experimentando una nueva vida

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El abrazo duró tres minutos, yo aún seguía confuso por lo sucedido, según mi parecer solo sabía dormido, sin embargo al ver las lágrimas de aquel leopardo, podía intuir más o menos el asunto —¿Entonces estaba muerto? Pero...¿Porqué?—
—Te sacrificaste por todos en el mundo al recibir el impacto de un misil—
—Vaya, si que fue una adolescencia mortal. Al menos dime que tuve una niñez estable...—
—Tuviste la mejor infancia de todas— mencionaba el científico sonriendo mientras se sentaba a descansar de tantas emociones.

En eso, los militares empezaban a llegar para preguntarle al científico si sabía algo del cuerpo ya que era muy cercano a mis padres, el pobre se volvió a levantar y a correr trayendo una manta que se camuflaba con el color de el pared, sacó el cuerpo, lo puso en la mesa con cuidado para luego tapar la máquina con la manta —No se para que funciona esto, pero es muy sofisticado como para tenerlo a la vista. Hablando de eso escóndete, me van a preguntar ciertas cosas y no quisiera que...—en eso, los militares entran a la fuerza, obviamente sin preguntar y apuntan al científico con las armas.

—Hoy no tenemos tiempo de saludar cerebrito, habla, dinos si sabes algo de nuestro soldado—
—Hablas del cuerpo que está en la mesa— mencionaba intentando mantenerse frío y señalando hacia la derecha —...¿Como lo encontró?—
—Estaba viendo si había algo utilizable en los escombros cuando lo vi apenas, por suerte los escombros lo eran tan pesados y logré levantarlo para traerlo hasta aquí y esperarlos—
—...Podemos llevarlo? Queremos hacerle un entierro honorable— en eso, el científico se queda viendo al cuerpo suspirando y bajando la mirada —Si...pueden llevárselo— decía con voz quebrada mientras los militares se lo llevaban a un ataúd para colocarlo con delicadeza. En eso, uno de ellos se percató de mi existencia alterándose un poco en el proceso —¿¡Espera...quien eres tú!?—
—¿Yo? Soy él hermano de Flaron, vine lo más rápido que pude para verlo por última vez—
—Entiendo...¿y porque tienes los ojos negros y los Iris morados?—
—Son lentillas, ya sabes cómo es la moda de hoy en día. Como es un día triste me puse de este color por el luto—
—Entiendo, espero puedas procesar todo esto emmm...—
—Phelix, me llamo Phelix—
—Phelix, buen nombre jeje, bueno...hasta luego— mencionaba el militar mientras se iban lentamente hacia el cementerio para preparar todo.

Después de escuchar las trompetas alegarse ambos suspirábamos del alivio pues nos habíamos salvado de una grande —Ufff...buena salvada...ahora que todo está normal...¿¡Como rayos maneje ADN así!? ¡Se requieren años de investigación para eso!— decia impresionado mientras me veía y luego a la máquina —No tengo idea, lo único que recuerdo es...una luz blanca, nada más—
—Entonces...¿cómo se te ocurrió lo de Phelix?—
—Supongo...que renací como un Phoenix jeje, además vi una foto con el nombre de Félix—
—Si...de niño decías lo mucho que te gustaba ese nombre y reclamabas el porque no te lo dieron— decía riendo un poco mientras se sentaba otra vez para terminar de descansar —Bueno...fue un gusto en volverte a ver—
—¿Porque dices eso?—
—Bueno...por más que me duela...debo dejarte ir...en cualquier momento regresarán a preguntar sobre ti probablemente, además debes de descubrir quién eres y de lo que eres capas, estando en un laboratorio no descubrirás nada, solo tengo recuerdos de tu niñez y son muy pocos...— decía enseñándome la foto de mis padres cargándome en brazos —prácticamente lo que tengo es esto...no tengo fotos contigo porque me importaba más mi trabajo...que tonto fui...— decia mientras colocaba la foto en su lugar para luego darse cuenta de que lo estaba abrazando —No recuerdo nada...pero estoy seguro de que hubieras sido un buen padre...te perdono— le decía con una sonrisa cálida mientras seguía con el abrazo como por diez minutos.

Después de eso me despegué de él, y nos vimos con una sonrisa —Cuídate...espero verte pronto—
—Yo también espero eso...papá...— mencionaba sonriendo mientras me dirijo hacia la puerta para salir caminando de aquel lugar saliendo de aquella ciudad para dirigirme hacia el bosque.

Sonic: Second Chances

Ahí estaba yo, en medio de aquel inmenso lugar lleno de árboles sin tener la más remota idea de quién era en realidad, solo tenía la imagen de mis padres en la cabeza y el recuerdo de aquel amable científico. Como no tenia nada interno no sentía hambre, por lo cual podía experimentar sin problemas, o eso aparentaba —Ufff...vaya vida, resulta que ahora soy una especie de...¿erizo resucitado? No lo sé— me decía viendo alrededor con curiosidad, en eso empezaba a prestar atención a mi alrededor —Vaya, qué bonito todo— mencionaba con asombro mientras me acercaba a un árbol para darle una palmeada, solo eso bastó para empezar a derribarlo —Oh no! ¿¡Que hice!?— exclamaba con sorpresa mientras me dirijo hacia el otro lado para recibir el árbol con la misma mano con el que lo derribé —Ufff estuvo cerca— decia suspirando mientras colocaba el árbol como si nada en el mismo lugar de donde lo hizo caer —Bien...será mejor no tocar nada mientras averiguo cómo controlar esa fuerza— mencionaba mientras me iba hacia adelante sin percatarme de las marcas de manos que le había dejado al pobre árbol.

Pronto me encontraba en una pradera la cual estaba llena de flores bonitas y de colores variados, era un lugar bastante tranquilo y sereno —Mmm...el aroma es agradable, perfecto para co...ahhh!!— era de decir aquello y salir literalmente disparado. Frenaba a como podía siendo un intento en vano más para mi fortuna había una gran roca para amortiguar el choque —Ufff...por suerte no siento dolor físico. Será mejor caminar mientras encuentre la manera de regular la velocidad— mencionaba caminando dejando un rastro de pétalos que salían de mi boca —Puaj...pensé que las flores se comían— me dije mientras escupía por un buen rato mientras caminaba.

Pronto se hacía de noche tornando todo oscuro, para mi fortuna la mejora de la vista incluía el ver a esas horas —Mmmm...¿porque todo se ve extraño?— mencionaba curioso mientras miraba hacia arriba —¿Soy yo? O el sol se ve más blanco...mh, no creo que sea importante— me decía mientras seguía mi camino hasta topar con un riachuelo, como estaba distraído no me percataba de que había entrado en el, curiosamente la corriente no me afectaba ni el quedarme sin oxígeno...claro de donde me iba a quedar sin oxígeno si no tenía como respirar —Vaya...aquí abajo todo se ve muy bonito— decía con asombro mientras me dirigía hacia adelante igual de distraído por lo que veía mientras impresionaba a los peces y cualquier cosa que pasara por ahí al ver un erizo que puede hablar y moverse perfectamente en el agua.

Pronto salí mojado de aquel lugar y me sacudí para quitarme el agua, después de eso mi pelaje se esponjó todo pero no le di importancia y seguí con el camino. Entre los árboles se encontraban personas acampando y viendo la luna, a mi lo que me interesaba era la fogata, cómo está estaba emitiendo luz y calor a los que la rodean. Me había parecido curioso como para intentarlo así que camine hacia donde estaban todos siendo un grupo de chicos pasando el rato por las vacaciones riendo y comiendo malvaviscos, a la par de ellos se encontraba un lugar lo bastante desocupado como para iniciar ese curioso experimento, empecé a buscar ramas sueltas aprovechando practicar medir mi fuerza para no romper alguna rama, al principio rompí como tres, pero después le iba encontrando la medida como para sostenerlo como alguien normal, me devolví hacia aquel lugar y me senté en posición de indio para empezar a practicar.

El ruido de las ramas caer alertaba a ese grupo de chicos quienes se encontraban contando historias de terror, uno de ellos vio a aquel erizo acomodando la madera para encontrar un punto cómodo —Hey, miren a ese perdedor esponjado, creo que no sabe ni amarrarse las agujetas— decía señalándome para alertar a los demás dirigiendo su atención hacia mi —¡Oye Niño! ¿No quieres que también te dé de comer en la boca?—Mencionaba el mismo influenciando a los demás a reírse de mi mientras yo estaba en mi mundo.

Después de cinco minutos lograba acomodar los palitos en posición quedándome con uno en la mano —Bien, ahora...¿que pasa si hago esto?— mencionaba colocando el palito en el medio empezando a frotarlo lentamente al principio, luego subía la velocidad poco a poco hasta hacer humo para luego terminar de hacer la fogata. Los chicos quedaban impresionados al ver aquello pues no creían que alguien como yo pudiera hacer eso sin conocimiento —Ooh...se siente tan bien, es como si tuviera un abrigo en este momento, decía en voz baja mientras se relajaba al escuchar el sonido del juego y las luciérnagas cantar para luego experimentar algo llamado sueño y descanso a pesar de ser solo una energía, lo primero qué pasó fue sentirse tan calmado como para lograr dormirse.

Sonic: Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora