capítulo uno
❛ OCULTAR UN BEBÉ SIN MATARLO EN EL INTENTO ❜Han pasado casi dos horas y todavía no lo entiende. De pronto se encuentra a un bebé ajeno en las afueras de Hogwarts, en peligro y desprotegido, porque claro, es una criatura indefensa cerca de un bosque repleto de seres mitológicos y criaturas bestiales, seres del bajo astral. No tenía corazón para abandonarlo y ahora estaba en su habitación, Salazar bendito había optado por habitaciones individuales para su casa, así que no sería un gran problema mantener al bebé allí.
Lo difícil sería que sobreviviera más de ocho horas solo, con visitas de escasa duración, antes del fin de la jornada.
── ¿Puedo pasar? ── mierda, mierda. A Rowen le encantaba esa palabra, no iba a ocultarlo ──. Selwyn, en serio necesito hablar contigo.
¡Por favor! Atlia Yaxley ni siquiera era su amiga. No tendría por qué estar llamando a su puerta como si se conocieran de toda la vida cuando solo sabía de su existencia desde hacía seis.
── Espera, estoy algo ocupada ── el bebé estaba durmiendo, Rabastan le había conseguido leche de las cocinas de Hogwarts y comida que era específica para el infante.
Piensa Rowen.
Observó un armario que había junto a su baúl, era su única opción o Yaxley arruinaría sus planes y su vida, para siempre. Tomó el canastillo junto a las cosas que ahora le pertenecían al bebé y metió todo, con el pequeño incluido, procurando que el espacio fuera apto y que el oxígeno ingresara por ahí, o el bebé moriría asfixiado por su culpa. Rabastan no se lo perdonaría, como si el niño en verdad fuera de los dos.
── ¡Rowen!
── ¡Ya voy! ── exclamó, aunque temía despertarlo.
Corrió hacía la puerta, sacándole el seguro solo para encontrarse a una Atlia enojada frente a ella.
── ¿Por qué tardaste tanto? ¿Qué hacías? De seguro un hechizo para exterminar a toda la humanidad o que seamos dominados por gatos mágicos intergalácticos.
Rowen parpadeó, como si hubiera escuchado la cosa más surrealista del mundo, y en realidad, sí que lo era.
── ¿La verdad? Solo no quería abrirte. No somos cercanas, no tendrías por qué ── Yaxley abrió la boca, ofendida, pero no dijo nada ── ¿Qué es lo que quieres?
── ¿Yo? Pues, me dio curiosidad ver a Lestrange entrar a tu habitación esta tarde. Asumí que ustedes dos están saliendo juntos, así que quise indagar un poco más. Lo escuché hablando sobre ti con sus amigos, sus ojos brillaban muchísimo ¿Cuándo iniciaron su relación? Nunca antes los había visto juntos.
── ¿Qué mierda estás diciendo? Lestrange y yo no tenemos ninguna relación sentimental, ni siquiera somos amigos.
── Ah, ¿no lo son? ── Atlia sonrió con sorna ── ¿Y por qué les dijo a sus amigos que vendría después de la cena en el gran comedor?
── Porque me está dando tutorías y yo le estoy pagando cinco galeones por clase. Mis padres no quieren que mis calificaciones bajen, ¿lo recuerdas? La semana pasada estuviste insistiendo para saber cómo habían reaccionado y como eres una maldita molestia, te lo conté.
El semblante de la otra muchacha cambió rápido, ya no estaba esa sonrisa petulante, ahora estaba confundida. Sí, recordaba eso, pero no creyó que Rowen le pediría ayuda a alguien, menos a Rabastan Lestrange.
── Vaya, así que por fin decidiste usar el cerebro.
── Sí y ya es hora de que tú también lo hagas ── Selwyn sonrió y en menos de un segundo, esa sonrisa desapareció ──. Ahora sal de mi habitación si no quieres que te eche a patadas.
── No es necesario que seas tan agresiva, la cafeína te está haciendo mal.
── ¡Largo! ── Atlia abrió la puerta, y salió corriendo de allí.
Rowen se tiró en su cama, suspirando de alivio. Estaba cansada de tanto soportar a su compañera de casa. No es que la odiara, pero Atlia era muy entrometida, quería saber todo de todos y no se detenía hasta averiguar la verdad, o lo que ella creía que era la verdad.
── ¡Oye! ¿Cómo es eso de que ahora te doy tutorías? ── Rabastan entró como si esa fuera su habitación, como si no estuviera en el lado de los cuartos de las chicas ──. Atlia me bombardeó con preguntas, y bueno, te seguí la mentira porque supuse que quería averiguar sobre nuestro hijo.
── ¿Disculpa? ── la muchacha arqueó una ceja ── ¿Nuestro hijo? No es de ninguno de nosotros dos, así que, por favor, deja de creerte su padre o algo así. Tienes dieciséis años, un bebé no es una responsabilidad con la que podamos cargar a esta edad.
── Ya, perdón ── Rabastan miró por todos los lugares de la habitación, sin hallar rastro del bebé ── ¿Y el niño?
── ¿Qué niño? ── dijo Rowen ── ¡Mierda! ¡En el armario!
── ¿Tan pronto? No tiene ni meses...
── ¡Rabastan, está encerrado en el maldito armario! ── el chico corrió hacía el mueble, abriéndolo con torpeza, encontrándose al bebé con los ojos bien abiertos.
Le estaba sonriendo.
── ¿Está vivo? ── Lestrange asintió ──. Qué bien, no quería cargar con su muerte en mi consciencia.
── Déjame decirte que eres la peor madre falsa que he conocido.
── ¿Conoces a más?
── No, pero si conozco a un par reales que son muchísimo peor que tú.
Claro, casi todas las madres de los de Slytherin lo eran. No era una gran sorpresa.

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HOTTER THAN HELL, rabastan lestrange
Fiksi Penggemarno hay nada más caliente que el infierno. portada por @s-sweetxskyler