¿CASTIGO O PREMIO?

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CAPITULO 30

CRISTEL

A veces piensas que el dolor simplemente viene de tu mente, que todo esta dentro pero cuando te golpeas lloras o hasta sangras, pero todo cambia ya que a veces las formas mas perversas son las que mas no llegan a dar placer, de eso me di cuenta cuando su mano toco mi rostro de una forma no tan amigable cuando sentí mi mejilla arder y el cosquilleo en mi entrepierna llego de inmediato, o cuando deseo que se desquite conmigo, cuando quiero que sea mas rudo.

Tomo aquel azotador el color del cuero era rosado y llevaba unas iniciales que me dieron igual, solo quería sentir la rudeza con la que se podía desquitar conmigo.

-Si haces algún ruido los azotes se van aumentar- jalo mi pelo de una manera brusca sus labios tocaban mi cuello, no pude evitar dejar salir un gemido.

-No sabes escuchar ordenes bebe?- dejo mi pelo para después soltar un fuerte azote que logro hacer que mi cuerpo se estremeciera, mordí mi labio inferior lo mas que pude apreté las piernas por el cosquilleo y la palpitación de mi sexo.

-Oh no bebe- coloco una pierna en medio de las mías evitando ese apretón que calmaba mas mi sed por que aquel hombre de tras mío tomara mi cuerpo y lo utilizara como la muñeca de placer que solo le pertenece a el.

Mi respiración se entrecortaba cada vez que volvían las palpitaciones, mi pecho subía y bajaba, volvio a golpear mu culo, me moví por la fuerza y aun quería mas, soltó otro golpe aun mas fuerte ya no lo pude evitar gemí tan fuerte que sentí que mi voz que había ido.

A Daddy no le gustaba que no obedeciera pero de verdad necesitaba eso, dejo el azotador aun lado de mi cara, y metió su mano dentro de mi ropa interior masajeando mi clítoris; comenzó tomándolo y pellizcándolo a lo que solté otro jadeo, pero ahora si tendría consecuencias.

Tomo mi pelo jalándolo parta que me pusiera recta otra vez, mi espalda me dolió por estar tanto tiempo inclinada en la mesa, podía jurar que mi cara estaba roja pero no por la presión que hacia en la mesa.

-No te gusta aprender por la buena manera nena?- jalo mas mi pelo y solo lo vi sonriendo, pero no le dije nada sus reacciones ante mi ignorancia a sus preguntas o ordenes eran mejor que cualquier metida de dedos.

Soltó mi pelo, y bajo su mano a mi cuello el cual apretó un poco, y me jalo hasta chocar con su pecho me beso, le seguí el beso en cuanto sentí su lengua en mi boca, su mano libre viajo por mi espalda hasta tomar mi culo con fuerza, evidentemente no lograba gemir por que tenia una lengua en mi boca.

No pude seguirle el ritmo la forma en la que me beso desato muchas cosas en mi, mi cuerpo se entregaba muy fuerte, quería mas quería sentir esa boca y esa lengua por todo mi cuerpo, esos pensamientos  no eran de mucha ayuda ya que mis bragas se mojaban de mi humedad aun mas y mis piernas se querían romper por tal sensación que causaba en mi.

Me soltó del cuello y camino hasta donde estaba su maletín, solo lo seguí con la mirada si caminaba podía jurar que me caigo al suelo, saco una cosa morada de pequeño aspecto y otra pero negra y mas pequeña.

-Bebe siéntate en la mesa- obedecí me senté en la mesa apretando mis piernas

Dejos los dos objetos en la mesa, tomo mis dos muslos y con fuerza los separo dejándome abierta para que el en cualquier momento entrara; tomo de nuevo las dos cosas y me las mostro trague fuerte.

-¿Que son bebe?- me miro

-Un vibrador Daddy- conteste y el solo rio

Se acerco a mi y bajo mis bragas, metiendo dos de sus dedos en mi sexo moviéndolos dentro recosté la cara en el saco de Daddy, y mordí mi labio fuertemente ante las acciones de sus dedos dentro, apreté su camisa fuerte con mi mano al sentir mi orgasmo cerca pero el se detuvo, dejándome con una fuerte palpitación en mi sexo, dejándome con total ganas de que follara mi coño.

Mi pequeña babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora