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Aemond me ayudó a calmarme un poco hablándome en Valyrio y haciendo que me concentrará en su voz y lo que decía, también me ayudó el esforzarme en contestarle de la misma manera.

Sacó el tema de nuestros dragones para hacerme olvidar.

Yo estaba sentada en su cama y el agachado frente a mí mientras agarraba mis manos.

Las puertas de sus habitación se abrió de repente en un golpe brusco, lo que me asusto y hizo que Aemond me abrazara pero me soltó al ver que estaba a salvo.

- Saera... Escuche la voz de la reina y más pasos detrás de ella, por lo visto estaban casi todos aquí.

Escuche la voz de Rhaenyra pero no escuche lo que decía.

- jamás imaginé ver a mi hermano consolando a alguien.

- Aegon! Le regañó su madre.

Alguien llegó al lado de él príncipe y mía, era mi padre quién se agachó imitando a su sobrino.

Aemond se intentó levantar para dejar privacidad pero yo agarre con fuerzas sus manos.

- no, no te muevas. Su presencia me daba calma, pero eso no impedía que llorara.

- Saera hija mía.

la ira se apodero de mi y hable algo más seria.

- no quiero ayuda de alguien que a cometido los mismos actos que ese maldito lobo, así que tú y Aegon se pueden largar de aquí.

- ves. Dijo mi padre mirando a su mujer.

- Saera deja que tu padre ayude. Hablo ella.

- tu nuca sentiste algo así verdad Rhaenyra, nadie te puso un dedo encima sin tu consentimiento, siempre tenias a tu padre de respaldo, quien te pusiera un dedo encima estába muerto, pero yo no por que mi maldito padre me abandono!

- ya hemos pasado por esto, no lo vuelvas a repetir Saera. Hablo mi padre con cansancio.

- Saera, recuerdas lo que hacíamos para calmarte en Rocadragon?

- Jace, crees que hacer unas estupidas respiraciones me ayudara, el está aquí y encima me está buscando y te aseguro que su jodida voz no sonaba amable.

- lo encontramos buscándola cerca de su habitación y ser Criston le impidió pasar.

- que hacía Sir Criston por sus aposentos?

- pregúntale a él quieres Aegon. Le hablo su hermano irritado.

- Saera, evitaremos que en su estancia este cerca de vos, está aquí por asuntos importantes, con su padre, él es la mano del rey.

- lo se de sobra mi reina. Dije algo borde recordando el día en el que me besó, pero después imágenes de sus labios sobre mi me hizo temblar y sentirme sucia de nuevo.

- madre creo que lo mejor sería todo lo contrario, enfrentarlo es una manera de superar el miedo, estaré a su lado si es necesario y le pondremos guardias a donde quiera vaya.

muy en el fondo sabía que Aemond tenía razón pero el miedo se apoderaba de mí, saber que tenía que estar en la misma habitación que el, tener que enfrentarlo y ser capaz de hablarle aunque sea por cortesía, pero sabía que era la forma mas rapida de sanar, unque seguramente la mas dolorosa.

- me parece bien, mí reina se que se trata de su guardia real, pero me sentiré mas protegida si Sir Criston fuera mi guardia, al menos el tiempo que se encuentre el aquí.

- que? Se escucho salir de la boca de Rhaenyra y mi padre.

pero las dos los ignoramos.

- esta bien querida lo que necesites.

No Time To DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora