ຈ⁠ل͜ Sangre sucia ل͜⁠ຈ

Capítulo 1

Nuevamente Baji y yo nos encargabamos de torturar a los impuros recién llegados a Griffindor. Eran sumamente patéticos.

- ¡Por favor ya basta! -ruega el pelinegro que está levitando en el cielo.

- Agradece que no te sucede lo que a tu compañero -dice Baji entre risas.

Estoy sobre aquel chico escribiéndole en el brazo "sangre sucia" con su varita. No deja de gimotear y y morder mi mano mientras se le escurren las lágrimas.

- Morder mi mano no servirá de nada, maldita rata impura.

Cómo siempre arruinan la diversión, el perfecto de su casa aparece realizando el encantamiento "Expeliarmus" desarmando a Baji.

- ¡Detengan ya esto! -demanda.

Me quito de sobre el chico para encarar al perfecto, Takemichi Hanagaki.

- ¿Cómo osas arruinar mi diversión desde tan temprano?.

Sus ojos azules se tornan firmes al imponerse contra mi mirada furtiva.

- Hermana -el chico con el que jugaba Baji se levanta del suelo y corre hacia la chica que acompaña al perfecto.

- ¡Torturar estudiantes no debería estar en el catálogo de diversión! -dice la castaña mientras abraza a su inútil hermano.

Cambio de semblante listo para lanzar el ataque "Cunfringo" pero el perfecto me interrumpe.

- ¡Manjiro!.

Relajo los hombros bajando la varita y Baji va tras de mi.

- Asquerosa sangre sucia e inmunda -digo entre dientes antes de irme.

Una vez en la sala de Slytherin converso con Baji.

- Deberíamos darle una lección a ese imbécil.

- ¿De qué imbécil hablas?.

- Takemichi Hanagaki, siempre va tras nosotros arruinando la diversión en los mejores momentos -lo miro fijo- ¿Qué sucede?, Siempre pones esa mirada de "te mataré" cada que te menciono hacer algo respecto a él. No es más que un sangre sucia como los demás, o incluso peor.

- Que ni se te ocurra tocarlo.

- Eh, ¿Por qué?.

- Porque él es mío -salgo azotando la puerta.

[••••]

En los tres años que llevo aquí me he encargado de darle una bienvenida apropiada a cualquier rata asquerosa impura que llegue a la casa de Griffindor.

Viniendo de una familia tan noble que se ha encargado de preservar la sangre pura es imposible siquiera pensar en tenerle lástima o empatía a cualquier sangre sucia. No son más que basuras inmundas que no merecen ni lamer la suela de mis zapatos.

Odio a todos y no siento más que repulsión cada que los veo.

Pero heme aquí, de rodillas mientras tengo el miembro de un Griffindor mitad muggle en la boca.

- No tan agresivo, Manjiro -me pide.

No sé qué fue lo que me atrajo de él, el primer encuentro con él fue mientras golpeaba a un sangre sucia, mientras los demás veían horrorizados sin hacer nada, con firmeza él me detuvo tomándome del brazo y diciendo "para".

Luego de eso lo busqué y di la paliza que por su culpa dejé a medias. Pese a estar hecho mierda siempre se ponía de pie para recibir el siguiente golpe, el semblante que tenía era fuerte y decidido.

Le pregunté el por qué no se rendía de una vez, con firmeza y una sonrisa respondió "Yo jamás me rindo ante nada ni nadie, y mucho menos contra ti. ¿Qué esperas?, Da el siguiente golpe".

Tras perder la conciencia lo llevé a la enfermería.

Luego de eso simplemente no podía ignorar su existencia. Lo observaba a dónde quiera que fuera, con los demás amable, agradable y sonriente o con un semblante fuerte cada que me encontraba golpeando a otro sangre sucia.

Un día de repente nos encontrábamos cogiendo detrás del estadio antes de un juego de Quidditch. El era el jugador estrella de Griffindor ocupando el lugar de buscador.

Así hemos estado desde entonces, teniendo altercados a cada nada para después terminar de ésta manera.

No pierdo el contacto visual mientras succiono con rapidez. Disfruto el tener su miembro en mi boca en tanto sujeto la parte trasera de sus muslos.

Arremolino la lengua chupando con suavidad. No me canso de escuchar los leves gemidos que salen de su boca de manera involuntaria acariciando mi nombre.

Solo espero a que...

- Ya voy a...

Su líquido se desliza por mi garganta, trago la mayoría y me relamo los labios cuando termina.

- Justo lo que necesitaba -limpio con mi mano los rastros que quedaron en mi barbilla- ¿Qué quieres hacer ahora?.

Suena la campanada que indica la quinta hora de clase.

- Deberíamos irnos de una vez -menciona mientras se abrocha el pantalón.

- ¿Por qué?. Saltemonos la siguiente clase.

- Me salté clases la semana pasada por pasarla juntos, no puedo hacerlo dos semanas seguidas. Y tú tampoco deberías hacerlo.

- Sí claro -me levanto.

- Es enserio Manjiro -me toma del hombro evitando que me vaya- deja ya de meterte en problemas.

- Nunca se atreverían a hacer algo al respecto. Siempre pasan por alto cada una de mis acciones -sonrío con altivez.

Suspira dándose por vencido.
- Por lo menos entra a la siguiente clase, ¿Sí?.

- Pero nos saltamos la cena.

Ríe ligeramente.
- Bien, pero entra a clase.

Se encamina a la puerta y lo tomo de la muñeca con fuerza.

- Una cosa más. La próxima vez que lleves una sangre sucia contigo no me detendré -advierto.

Voltea con una sonrisa en los labios.
- Siempre lo haces.

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