Ciegamente Enamorada (Primera temporada)

10: El cuchillo en mi espalda

-Buenas tardes, como te fue hoy?

-Buenas tardes – sonríe ampliamente – estuvo bien, pero como siempre prefiero estar aquí contigo, es como recargar mi energía y sentirme pleno.

-Yo también – sonríe de vuelta – adivina quien paso a la pastelería y compro unos pastelillos con relleno de crema pastelera junto al glaseado azul – saca del refrigerador los pastelillos – pasé por ellos y apenas los vi pensé en ti – los pone sobre la mesa.

-No puedo pedir algo mejor – corre y la alza en brazos – sin duda alguna eres lo mejor, no sé cómo viviría una vida sin ti.

-Exagerar – suelta una risa aun estando en sus brazos – realmente es lo mejor – la carga hasta su silla - ¿Quieres que haga un café y siga con la historia? – le da un beso en la mejilla.

-Claro, es más, pon el café y mientras se prepara continua con la historia – le sonríe y la abraza.

Se dirige a poner la cafetera, para regresar a la sala.

-Muy bien, soy todo oídos – sonríe.

-Bien – ríe – en que me quede.... Cierto, en la fiesta – suspira – antes de la fiesta comenzó de esta forma ..

*Elsa Narra

Después de esa ocasión en el auto y todo lo malo que paso, me la pasé confundida en mi habitación hasta el día siguiente, ya que no pude dormir de manera correcta.

Al día siguiente me arreglé con lo primero que vi cómodo, estaba muy mal y estaba de humor para ponerme a ver la moda o con que me vería mejor.

Baje de mi habitación para encontrarme con una nota de Anna avisando que el desayuno estaba en el microondas, que ella no tiene clases el día de hoy pero se levanto a hacerme el desayuno por ver el estado en cómo estaba el día de ayer, sonreí por la amabilidad de mi hermana, antes desayunar fui a su habitación la cual abrí con cuidado para no despertar la, aunque no hacia falta tiene el sueño pesado, cuando la vi en la cama durmiendo mientras babeaba, me sonríe internamente y volví a la cocina.

-Gracias hermanita – respondo al desayuno que me preparo.

Después de unos ricos panqueques, tomé mi mochila y me fui a la escuela.

-Hola, ¿qué hay? – me siento en la mesa con Kris.

-Holaaaaaaaa – alarga la A mientras me mira con cara desencajada – hoy luces más casual – se rasca la nuca - no significa que te veas mal, lo que quiero decir, es que si te sientes cómoda así lo cual se ve que es así, me parece bien, pero realmente estoy algo desconcertado ya que por lo regular tú no vienes tan ligera – me sonríe y me toma la mano – dime, ¿qué sucede?

-Gracias – suspiro mientras una pequeña lagrima sale de mi ojo derecho - es mi novio, eso es lo que sucede, siento que él ha cambiado mucho, aunque tal vez solo sea yo, siento que tal vez estos días estoy más sensible que otros, tal vez estoy estresada por algo pero no sé de qué sería, quiero dar por completo mi apoyo y mi atención a él, pero también lo quiero de vuelta, tal vez él está muy cansado como me mencionó, y yo sigo haciendo esta exageración – me ato el cabello - y ahora estoy más frustrada porque si el problema soy yo, no quiero seguirlo molestando – lo volteo a ver para encontrando a un Kris con una cara melancólica, me toma fuerte de las manos sin lastimarme.

-para nada exageras, debe haber atención mutua, el estrés no tiene que ser impedimento para desquitarte con la persona que está a tu lado y quiero estar contigo siempre, Els, veo lo importante que es para ti en tu vida él, incluso cuando fuimos a hacer esta actividad la paciencia que tuviste, la confianza que le tienes, aun así tú estás dando todo de ti, no está para nada mal el sentir de triste porque no puedo ser mutuo, de todas formas, pase lo que pase, yo siempre estaré de tu lado, porque se lo entregado que enamoraba que estás de él, y si llega a seguirte lastimando con excusas tontas, entonces él se lo pierde, porque al igual que tu hermana, cualquier hombre que se quede con ustedes, será el más afortunado de este mundo – pasa su mano por mi cara, para luego abrazarme, sin poder contenerme las lágrimas comenzaban a escurrirse por mi mejilla.