Ciegamente Enamorada (Primera temporada)

12: No soy la única

Después de destacarme en casi todos los aspectos académicos y extracurriculares, había no solo desarrollado ansiedad, si no algo de arenques compulsivos agresivos, cada que llegaba de la escuela lloraba mientras aventaba los objetos de mi habitación, el problema no era para nada las situaciones anteriores, en eso me destaco si me lo propongo, lo que me tenía tan frustrada era mi novio, al que al parecer por más esfuerzos que pongo, por más perfecta que trato de ser, nada ayuda.

De todas formas, aun me aferro a la idea de estar a su lado. Mi hermana no sabe para nada de estos ataques que me dan, aunque esto tiene alrededor de dos meses atrás, siendo actualmente mediados de Octubre, es decir que se acercaba Halloween, una festividad que sin duda antes la hubiera recibido con alegría y fervor, ahora solo era una fecha más en la que tendría que aguantar que estoy feliz todo el tiempo o fingir que me enferme, aunque esta última no sea del todo mentira. De todas formas, hace una semana Kris me encontró casi aventando un jarrón de porcelana que Jack recién me había regalado, en el cual tenía nuestros nombres grabados, juntos a unas flores, pero definitivamente todo tiene un por qué.

-Realmente me amas – miro a las flores para luego olerlas – el jarrón es realmente precioso – lo miro para apreciar cada detalle – definitivamente soy la única – sonrió para luego dejarlo.

Posteriormente decidí irme a las practicas que había solicitado para la tarde noche, al llegar no solo encontré a los chicos reunidos, si no que todas estaban alrededor de esa maldita, decidí dejar mis cosas para luego ir con una sonrisa a ver que sucedía, al acercarme y ver el motivo del alboroto mordí mi labio tan fuerte que sangro. Ella tenía un enorme ramo de flores, definitivamente eran las mismas flores que las de mi jarrón, sin siquiera probar quien era el remitente de esas flores, tome la nota que venía con el ramo, el cual estaba colocado en la banca junto a esa cualquiera que sonreía apenada y solo asentía algo sonrojada, al ver la nota, era la misma escritura, de mi Jack, en la cual se leía "Porque ser tu amante es lo mejor que me paso" atte. J.O.

Al comprobar que era él, mi sangre hirvió, me contuve, felicité a la pequeña estúpida y comenzamos las practicas, obviamente todo salió perfecto y cada uno regreso a su casa, obviamente estaba alterada, apenas llegue a casa, entre a mi habitación, tome las flores y las arroje de al suelo, para luego romper la nota que me escribió "El amarte mejora mi vida cada día" Atte. Tu amor Jack. Miré el jarrón y cuando estaba a punto de romperlo en mil pedazos sobre mis pies, sentí un abrazo detrás, para luego sentir una mano quitarme los dedos aferrados en ese material estúpido. Me giraron para encontrarme con Kris muy alterado y enfadado.

-Pero que te pasa?, te volviste loca, apenas llegue y te encuentro gritando, apuntando un jarrón muy peligroso y afilado a tus pies, ¿qué pensaba que iba a pasar?, que solo se iba a romper y saldrías ilesa de esto, claro que no, casi te lastimas – me deja de mirar para mirar alrededor y ver la habitación hecha un desastre – Els, por tu silencio, esta no es la primera vez que haces algo parecido, ¿verdad? – me mira con preocupación – Els, dime, desde cuando te pasa esto – me toma de las manos y me guía a la cama que era la más ordenada, para sentarnos – confía en mi Els, me preocupas – suspiro para luego comenzar a llorar en su hombro.

-En realidad, tiene alrededor de dos meses, aunque cada vez se vuelve más intenso, tengo ataques de pánico y siento que moriré en cualquier momento, aparte quiero destruir todo, a veces me hiperventilo, pero me tranquilizo – volteo a verlo para recibir una mirada triste y apenada, antes de decir algo me abraza fuertemente.

-Els, no te guardes todo tu sola, tu hermana te adora, yo te quiero mucho, no puedes seguir guardándolo todo, lo que sucede con ese estúpido tienes que dejarlo ir – me dice mientras me abraza – Els, le diré a Anna lo que te pasa – me alejo para negar con la cabeza – Linda – alza mi rostro para verlo – tendrás que hacerlo, sabes que ella jamás te juzgara, aparte me odiaría por saber algo de su hermana que ella no sabe – me mira con un rostro de un hermano preocupado – tendremos que buscar ayuda profesional, esto no está nada bien – solo derramos más lágrimas y sollozo ligeramente – todo estará bien – me dice, para luego dirigir su mirada a la puerta que se encuentra abierta, para imitar su mismo gesto, ahí se encuentra mi hermana.