Capitulo 2

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Me levanta una inquietud enorme. Tomo mi móvil y veo la hora, 6:50. Demasiado temprano para mi. Me decido a seguir durmiendo, hasta que noto el icono de un mensaje en mi móvil. Mi corazón palpita a mi por hora al ver ese nombre.

Mi alma se desmorona. Hace tanto tiempo que no hablábamos, que no se que contestar, tal vez debería de dejarlo asi, pienso. Pero no, es mi única oportunidad de acercarme a el. Tomo el móvil y escribo

No puedo creer que me haya contestado, aun así sigue doliendo tanto, aunque debo admitir que siento un poco de esperanza, tal vez pueda llegar a recuperar un poco de esa... ¿Amistad?. Si, amistad , por mucho que me lo lamente sólo fue eso. Hubiera llegado a mas si no fuera por mi miedo, por mis tonterías. Pero ¿Que esperaban
de una inmadura chica de 15 años?. Prefiero no seguir pensando en ello y me sumerjo en mis sueños, esperando una pronta respuesta.

-¡Catalina! Son casi las 8 y no te has levantado, recuerda que hoy tenemos que ir a sacar tu cita-
Mi madre ha entrado a mi cuarto y me quita las sabanas de encima. Tapó mis ojos con la almohada ya que la luz que entra por la ventana me cega totalmente.
-Mi alarma no debió de haber sonado - bufo al ver a mi madre que sale de mi habitación en ese instante.
Me levanto y tomo mi móvil con la esperanza de encontrar una respuesta. Para mi desgracia no hay mas que mensajes de Antonio. El chico de mi clase de Contabilidad. Es muy adorable, pero no tanto como el... Y ahí voy de nuevo. Evitó contestar los mensajes y me dirijo al baño. Enjuago mi cara y cepillo mi dentadura. Tomo unos jeans color claro que tienen rasgada la parte del muslo y las rodillas y una blusa atigrada. Me pongo mis tenis y peino mi esponjada melena. Siempre he batallado al peinarme, así que opto por marcar un poco mis ondas y trenzarlo. Decidí no usar maquillaje, solo aplico un poco de rímel que resalta mis grandes ojos color miel, y aplico labial rojo en mis labios. Me dispongo a bajar. Mi madre debe estar esperándome. Nos dirigimos al hospital, he de decir que he vivido los últimos 6 años de mi vida en el. He visitado a tantos doctores como pude, ninguno me encontró que tengo, y estoy con la esperanza de que lo logren esta vez. Entre papeleo y papeleo se dan las 11:30, así que marchó a casa.

Llego y encuentro a mi madre a punto de irse al trabajo, menuda suerte de que lo haga justo cruzando la calle. Se despide de mi y se va. Me quedo sola en casa, lo cual me hace recordar una vez mas el dolor que siento.
<Tal vez no estaria tan sola si siguiera con Edwars> pienso.
No puedo evitar sonreír pero enseguida descarto la idea. Llevaba 3 años saliendo con el, todo iba perfecto. Era un encantador chico de mi clase. Moreno, alto, de complexión delgada , con un cabello rizado de color café oscuro. Pase muchas cosas lindas al lado de el. Pero... No se comparan con Nate.
Y ahí me encuentro pensando otra vez en el.
A mis 18 años, puedo decir que he sufrido mas que cualquier otra persona. De pequeña era la típica niña aplicada y educado, con una familia perfecta. Sigo sin entender como es que todo se fue a la goma.
No era muy guapa, pero si simpática , lo cual siempre hizo que no me faltaran pretendientes. Tenia las notas mas altas de toda la clase y jamas había pisado un hospital i de chiste.
Todo empeoró cuando entre a la secundaria. Una bolita de chicas de mi grupo comenzo a rechasarme e incluso a hunillarme, razón por la cual llegaba llorando a casa. Pero tampoco recibí mucho apoyo que digamos. Comenze a buscar maneras de desahogar el dolor que sentía , así que comenze a cortar mis brazos. Eso liberaba un tanto mi estrés. No fue sino hasta 2 años que encontré una "mejor amiga" llamada Laura a la cual le contaba todo. Creí que todo mejoraría, cuando ha decir verdad no era así. Cuando entre a tercer año, lo conocí. Desde que lo vi, hubo algo en el que me llamaba la atención aunque no sabia que era. Tal vez era esa sonrisa encantadora que le iluminaba el rostro. Decidí hablarle. Con el tiempo me fui ganando su cariño. Eramos como hermanos. A pesar de tener 2, siempre sentí que el era el mejor. Con el me sentía yo misma, no tenia miedo de mostrarme como soy. Hablábamos de infinidad de cosas que nos apasionaban a ambos. Fui feliz por un momento. ¿ Cual fue mi error? Enamoramre perdidamete de el.

Un camino hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora