2. ¿Que soy?

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Bakugo estaba en su habitación con los brazos estirados. Movía su mano izquierda con la que había tomado a Uraraka de forma que quería sentir de nuevo ese apretón. Cuando se fueron a sus cuartos, le molesto el hecho de soltarse.

Frunció el ceño y comió otro mochi de chocolate amargo. Estaban ricos, tal vez demasiado. La bandeja de ramen estaba vacía, casi limpia del interés en comer los fideos con toque picante.

Tal vez haya algo más de ser héroe. Era un adolescente que tenía derecho a vivir su vida con todo lo que esto incluyera. Al final de cuentas, su madre había encontrado un hombre bueno que la aguantaba y así había nacido el.

¿Era especial?

No, solo eran tonterías que la gente decía para sentirse importante. El era fuerte, listo, audaz, rápido y podía con todo. Siempre los chicos lo alabaron por ello. Hasta el idiota nerd lo tenía en alta estima.

Más ser especial para una chica. Era otro asunto.

Era cierto que las chicas siempre andaban tras de él, aunque dejaron de hacerlo cuando las amenazó de muerte. Era un poco molesto y la verdad no tenía interés por ser guapo o atractivo.

Sonrió.

Para Ochako no era guapo o atractivo. El era especial para ella. Sonaba vacío pero en su corazón lo hacía sentir... Bien. Una sensación que sólo sentía cuando ganaba, cuando lo alababan.

Siendo sinceros, era mejor.

"Joder cuantos pensamientos en tan poco tiempo."

Se recostó de lado.

Y...

¿Ella era especial?

-¡MALDICIÓN! -

🫧🫧🫧🫧

Kirishima observaba por octava vez como Bakugo caminaba molesto en un ovalo invisible en el suelo. Estaban en el gimnasio de la escuela, lo había traigo a rastras después de clases. Incluso Uraraka se sorprendió que paso de largo de ella cuando intentó decirle algo.

-Viejo, solo dime que piensas, no tengo telepatía y lo he intentado-

Bakugo se giro viéndole de mala gana. Abrió la boca y la cerró. Comenzó a soltar micro explosiones de sus manos asustando a su amigo. Tallo con desespero su cara y observo hacia un punto fijo.

-Ochako me dijo que soy especial para ella-

Kirishima silbo de sorpresa.

-Amigo, se te han declarado y sigue viva, que suerte la de ella... Por seguir respirando-

-¡Cállate!- Bakugo lo señaló y suspiro hondo intentando no matar a nadie- ella me preguntó, si me era especial-

-¿Y...? -

- NO LO SE IDIOTA ES EL PUNTO-

-Ah, por ahí hubieses empezado. Veras joven Bakugo - Kirishima adoraba molestar a su amigo que le miró con el ceño fruncido- ¿Te gusta? -

-No me gusta nadie-

-Vale, vamos a algo más sencillo, ¿que sientes junto a ella? -

-Es, agradable-

-Listo, te gusta-

Bakugo fue tras su amigo que se quito de su radar de un salto y subió las manos intentando calmarlo. El chico estaba rojo de ira y vergüenza, siempre había ira en algún sentimiento de Bakugo.

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