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Tosió con fuerza, tratando de recuperar el aire que le faltaba. Sus ojos se movieron con rapidez a su alrededor, tratando de entender dónde estaba.
Sus pupilas estaban dilatadas, no entendía nada de lo que estaba pasando.
Hace tan sólo media hora estaba persiguiendo a Karim porque había salido corriendo, luego se detuvo al ver ciertos destellos en el cielo, solo había cerrado los ojos un momento debido a un fuerte dolor de cabeza.
Y luego de eso, ¡boom! llegamos a la situación actual.
━━ ¡¿KARIM?!
Vociferó en voz alta, mirando la calle a su al rededor la cuál estaba completamente vacía. Su respiración empezaba a agitarse, desesperada por no verlo.
━━ ¡KARIM, NO ESTOY JUGANDO!
Su voz tembló, empezando a caminar de forma temerosa. Se sentía asustada, hace tan sólo dos minutos el centro de shibuya estaba repleto de gente, ¿por qué ahora estaba totalmente vacío?
No lo entendía, pero si se trataba de algo malo, tenía que encontrar a su amigo y a su hermano ya.
━━ ¡YUUJI, SI ESTO ES UNA BROMA JURO QUE TE MATARÉ!
Un sollozo salió de sus labios, empezando a desesperarse. Corrió con todas sus fuerzas, recorriendo las calles de Shibuya con desesperación y ansiedad, esperando encontrarlos, más sin embargo; todo fue en vano.
Un impotente grito se escuchó, dejándose caer al suelo. Todo en ella ardía de impotencia, sentía que había fallado, que los había perdido, que no los iba a encontrar nunca más.
Lágrimas cayendo en cascadas desde sus ojos, su corazón latiendo con desenfreno, sus manos lastimadas de tanto lastimarse; estaba entrando en locura.
No sabía cuánto tiempo había estado ahí, pero sus piernas dolían al igual que su garganta. Sentía su pecho oprimido, devastada al pensar que quizás Karim y Yuuji...
No, no tenía por qué pensar en eso.
Ellos están vivos, lo sabía... Y no pararía hasta encontrarlos.
Juntó todas sus fuerzas para poder levantarse, tambaleándose con ligereza. Tragó saliva duramente, mirando hacia todos lados mientras empezaba a caminar.
Se abrazó a sí misma, el frío viento corría con fuerza y eso hacía que su piel se tensara.
Entró a una tienda, haciendo crujir los vidrios que estaban sobre el suelo. Su mirada bajó con rapidez, dándose cuenta de ello; Alguien había roto la puerta. Eso sólo significaba una cosa...
Que no estaba sola.
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