Era una de las aulas del fondo, por lo que nunca lograba llegar los rayos del sol. Siempre con una temperatura fría, con signos de humedad en las blancas paredes decoradas con afiches.
Seo ChangBin, conocido en la escuela. Y no por buenas razones, entró allí.
Las tres chicas que estaban allí hicieron silencio, dos mirándolo mal y una con pena. Estaba acostumbrado, así que las ignoro y se sentó en su lugar de siempre.
Nunca nadie se quería sentar en los bancos junto a las ventanas por dos razones:
Primero:entraba mucho viento, frío, y en invierno era insoportable.
Segundo:por miedo a que se les pegue lo gay.
¿La razón? Seo ChangBin. El gay bullyneado.
Miraba por la ventana, intentando ignorar los murmullos de sus compañeras sobre él, cuando la puerta del aula se abrió dejando ver a un chico pelinaranja.
-H-hola...-Un pequeño chico entró al aula, recibiendo miradas de desagrado de las dos chicas que se encontraban insultando a Bin y un saludo bajito de la otra.
Seo por su parte, le regalo una pequeña sonrisa, que el chico correspondió.
Los susurros de las chicas cambiaron de tema al ver la campera y los pins en la mochila del chico, estos siendo de grupos de chicas.
-No te sientes ahi-Hanna, la chica que le saludo, le dijo de manera rápida- ahí se sienta otro chico. Se va a enojar si te ve.
-A-ah está bien, gracias por avisar-Le dirigió una gran reverencia, mirando para todos lados, sin saber dónde sentarse.
-Están todas ocupadas. Las sillas.
-¿De verdad? Entonces, ¿Dónde me siento? -Preguntó preocupado.
-En el suelo-Las otras chicas se empezaron a reir.
-O te podrías ir, no queremos maricones -Apunto hacía su campera rosa, la otra chica.
-P-podes sentarte c-conmigo -Se ofreció el pelinegro, viendo lo incomodo que se encontraba el chico-. D-digo, si queres...
-Si, muchas gracias -El pecoso se acercó a él, sonriendole suavecito, al igual que Bin. -Me llamo Felix, ¿Vos?
-ChangBin.
Se quedaron un rato en silencio sin saber qué decir, el tal Felix mirando hacia el piso y Changbin por la ventana, ninguno animándose a hablar. Hasta que el pecoso se armó de valor para intentar charlar un poco con el otro.
-¿Cómo estás? -Después de algunos tartamudeos logro hablar, captando enseguida la atención del mayor.
-Bien...bien, ¿Vos?
-Me alegro... Yo también.
Volvieron a quedar en silencio.
ChangBin pensó algo rápido para decir, para que el chico no se aburriera.
-¿Te gustan los grupos de chicas?
-¡S-si! digo, sí -Pareció que la emoción lo sobrepaso, haciendo que se exalte.
Seo sonrió al notar el brillo en sus ojos debido a la pregunta, por lo que decidió preguntar más.- ¿Qué grupos te gustan?
Parece que Seo ChangBin, por primera vez en sus 16 años, atinó al sacar conversación porque el pecoso no paro de hablar de idols femeninas hasta que no se le ocurrió nada más para decir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Felix no paro de hablarle, aun cuando entro el profesor al aula. Para él fue una bendición el no tener que participar de la charla y poder dejar al pecoso hablar y hablar, eso de alguna forma lo tranquilizaba.
No entendía lo que decía, pero ponía todo de si en intentar hacerlo. Pero en algún punto, se perdió.
Recordó la charla que tuvo con JeongIn la mañana anterior, pensó en lo mal que estuvo y lo mal que esta lo que estaba haciendo.
JeongIn le dijo que se olvidara de la chica. ChangBin no quería hacerlo...o si, pero no de esa forma.
Tenía que hacer algo, se sentía muy culpable. Él podía estar tranquilo en la escuela, ¿Pero la chica?
Dudaba que estuviera tranquila, y mucho menos en la escuela.
-¿A vos te gusta algún grupo? -El pequeño fan lucia cansado, sin aire después de lo poco que respiraba por hablar sin parar. Al no recibir respuesta, se sintió mal, pensando que ya el primer día había cansado a su único amigo. O posible amigo.
-Ou, perdón si te canse, podes hablar vos ahora de lo que quieras y yo me calló todo lo que queda de clases -Lo miró apenado, Bin totalmente desenfocado de lo que él le estaba diciendo, atinando solo a negar.
-No no, está bien -le sonrió poquito, intentando que no piense cosas malas-. No me molesta que hables... m-me gusta, pasa que me perdí.
El más bajito se encontraba avergonzado, demasiado. Le daba cosita que el pelinaranja pensara que no le importaba.
Felix asintió y le sonrió, sin saber muy bien qué hacer ninguno de los dos. Otra vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
