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Se arrepentia de no haberse, como mínimo, secado.
Sentía tanto frío. Hubo muchos momentos en los que tuvo frío, pero no recordaba haber estado asi.
Se levanto como pudo para cambiarse. Estaba solo y no sabia que hacer.
Tenía miedo y no sabía si era por lo sucedido en el bosque o por sus pesadillas. No pudo dormir bien debido a estas.
5:33 a.m. Si no recordaba mal, cuando llego vio de pasada que eran cerca de las 4:19. Entraba a las 6:45 a la escuela, seguia siendo temprano pero iba a ir ahora.
Queria pedir ayuda.
Tenia la pequeña esperanza de que con las pesadillas que tuvo, se hubiera confundido y hubiera pensado que habia ocurrido de verdad. Pero no, las heridas estaban ahi, su ropa, todo.
Estaba temblando, se dio cuenta cuando se paro. El miedo lo estaba matando.
O la posible infección en su tobillo.
No puede parar de llorar. No lo intento siquiera, sabía que no iba a poder parar. Otra cosa más lo estaba matando: la culpa.
No se sentia bien. El pie lo sentia palpitar, como si fuera a explotar, la cabeza le daba vueltas, le dolia todo: los brazos, el pie, las piernas, el abdomen, la cara, la cabeza, no podia dejar de pensar en la chica.
-perdón...-El adolescente se tapó la cara mientras lloraba y balbuceaba, se dejo caer de rodillas en el piso del baño. De alguna manera, esa simple habitación siempre guardo lo más nefasto de ChangBin. Sus llantos, sus suplicas, el maquillaje, las vendas y las curitas.
Y ahi estaba, llorando otra vez entre las cuatro paredes recubiertas de ceramica gris, con el techo blanco con manchas de humedad y el piso de ceramica con diseño de madera.
El pensamiento de que tenia que pedir ayuda fue lo que lo pudo levantar. Se secó y vistió como pudo, no quiso mirarse el tobillo. Despues se fijaba.
Salió a las 6:16 para la escuela en la bici. La pulsera negra tintineaba cada que se encontraban los dos extremos. Lo único que hacia ruido en la calle era la pulsera y los truenos, no estaba lindo el tiempo.
Tampoco había muchas personas en el trayecto de su casa a la escuela, solo algunos adolescentes sentados en las calles esperando a los amigos y adultos con trajes y vestidos elegantes.
Se fustró cuando tuvo que parar en un semaforo, no queria esperar tenía que llegar lo más rápido posible.
-¡Dale Innie!
-¡Pero no quiero ir!- su atención se poso sobre 2 chicos cruzando la calle...o algo asi.
-¡Y a mi qué me importa!- un chico un par de años mayor que Seo tiraba del brazo de otro chico menor que él. El rubio, que era el mayor le siguio gritando sin fuerza, pero si con insultos- Innie chiquito, necesito que vayas a la escuela de mierda, por favor te lo pido, la concha de la lora.
-¡Pero Chan!- el chico castaño se paro en el medio de la calle para reclamar. Iba a seguir quejandose cuando el mayor se dio vuelta mirandolo demasiado mal e hizo que se asustara y terminara de comprender que iba a tener que ir si o si.
El castaño de catorce años suspiró, aceptando su "cruel destino", cuando escucho a alguien llorar. Levanto la mirada entre confundido y asustado y se encontro con un chico de más o menos su altura, tenía puesta una campera negra con estampado rojo y un pantalon cargo negro. Se preocupo por el chico, no le hizo bien a su corazoncito que este tan lastimado.
Los dos hermanos vieron al chico, pero el mayor no lo demostro, mientras que el menor quedo impactado por los recuerdos que le trajo verlo.
Cuando ChangBin se desabrocho la campera después de que Chan y JeongIn cruzaran la calle, el ultimo lo volvió a mirar y le vio la remera de la escuela, notando que iban o, mejor dicho, iban a ir a la misma.
Se prometió a si mismo que lo iba a buscar si tenia tiempo para ayudarlo.
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-Jovencito, lo siento mucho...pero no le creo-La directora de la escuela tenia alrededor de 60 años, si Chang recordaba bien 63, pero por más años y experencia que tenga nunca supo escuchar a los alumnos. O, mejor dicho, a algunos alumnos.
-Pero profe no le estoy mintiendo-ChangBin lloraba en la silla frente al escritorio de la señora, intentando que le crea-, de verdad paso eso y-y no se que hacer.
-Nene, cuchame una cosita, asi entre nos-la señora le tomo la mano e hizo que la mirara- se quién sos, lo que has tenido que pasar, lo de tu familia, tus compañeros que te golpean, ¿si?. Pero no me gusta este comportamiento de querer llamar la atención tuyo.-negó con la cabeza mientras suspiraba- Es una lástima que nadie te de atención, pero la escuela no tiene la culpa. Te voy a pedir por favor que no traigas tus...problemitas acá.
El pelinegro quedo totalmente descolocado y sin poder procesar lo que la directiva le dijo... ¿Cómo no va a...?
-Ahora, te invito a que te retires y no vuelvas si no es por algo importante. Ah y que te quede bien claro que tus cuentitos de asesinos y chicas tontas violadas no le interesan a nadie, tenes que aprender a arreglar todos tus problemas, traumas, lo que sea por tu cuenta. Conseguite una familia o amigos para hablar, la escuela no está para eso.
La mujer literalmente lo agarró del brazo importandole poco y nada si lo tenía lastimado y lo empujó hasta la puerta, cerrandole esta apenas tuvo los dos pies fuera de la habitación.
Unas chicas pasaban por el pasillo y lo miraron raro y un poco apenadas por siempre ver que el chico estuviera lastimado. No había tantas personas, eran las 6:36 recién. La charla con la mujer no tardo ni 8 minutos.
No sabía que hacer al final...a los únicos que podía preguntar no le dieron bola...nadie le iba a dar. Y, si no le creían, e iba a la comisaria lo iban a acusar a él.
Suspiró y se dirigió hacia su aula, esperando que al ser temprano nadie lo molestara.
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