8. Una mañana desayunando

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La americana se encontraba inmersa en la belleza de un espeso bosque, donde los rayos dorados del sol se filtraban a través de las hojas verdes y la naturaleza se mostraba en todo su esplendor. El sonido de los pájaros cantando y el crujir de las hojas al chocar por el aire creaban una melodí endulzante.

Sentía la tierra y las plantas en sus palmas de los pies, podía sentir como se aceleraba el corazón cada vez que se adentraba más al corazón del bosque.  Avanzando hacia un lago que se escondía entre los árboles, al llegar podía ver como el agua del lago brillaba bajo la luz del sol, creando destellos que danzaban en su superficie. 

Observando la belleza del entorno dio un paso en una zona especialmente resbaladiza y perdió el equilibrio, a punto de caer al agua, su acompañante actuó con rapidez y la sujetó con firmeza, evitando su caída. A quella sintió cómo la fuerza de su acompañante la atrajo hacia su pecho, y pudo escuchar el latido de su corazón en ese íntimo momento.

El mundo pareció detenerse por un instante mientras la chica y su acompañante se miraban profundamente a los ojos. Había un palpable sentimiento de cercanía entre ellos. La brisa susurraba en sus oídos, y el reflejo del lago añadía un toque de magia al instante.

La morena apreciaba la sensación de estar en brazos de quien la tenía, mientras el corazón de este latía a un ritmo que parecía estar en sintonía con el suyo. Fue un momento en el que despertó en su habitación de hotel sintiendo una hermosa tranquilidad.

La pregunta del día era... ¿Por qué se había recordado eso?

La tranquilidad no duró mucho por un estruendo en su cabeza, que indicaba claramente que la resaca de la noche anterior había llegado para quedarse. Se estiró en la cama y tomó su teléfono para mandar un mensaje a Perú, a pesar de tener varios mensajes se enfoco en excribirle a su mejor amiga, sugiriendo que se reunieran para desayunar y hablar sobre como les había ido ayer.

Hola preciosa
¿Qué te parece si nos vemos para desayunar?
Necesito urgentemente café y comida.
😩

Mientras esperaba la respuesta de la sudamericana, revisó su horario y recordó que su vuelo de regreso a su país estaba programado para esa misma tarde. Necesitaba aprovechar al máximo el tiempo que le quedaba en la ciudad antes de partir.

Empezo empacando sus cosas, y dejar en orden su habitación, después de un rato, de haberse alistado para su salida, la peruana respondió afirmativamente, avisandole que no serían las únicas ahí. Planeando encontrarse en la cafetería de unas cuadras no tan lejanas del hotel, México tomó su télefono y se dirigió hacia el lugar acordado.

Al llegar a la cafetería, la mexicana se sorprendió al encontrarse con Chile, Brasil y Argentina, quienes al parecer la estaban esperando. Los tres hombres parecían igualmente afectados por la resaca, aún así estaban encantados de ver a México, se saludaron como normalmente lo harían, beso en la mejilla y abrazo con cariño.

Chile: ¡Qué sorpresa verte por aquí!

Dijo con una sonrisa socarrona.

Argentina: ¿También estás buscando una cura para la resaca? o ¿Canadá te quito la resaca antes de irse de tu habitación?

México se sonrojo por el comentario, y este gesto sorprendió a los chicos, por qué normalmente respodía con el mismo tono de albur, pero esta reacción contraria hizo que tuvieran intriga por lo que había pasado.

Chile: Espera weona, realmente te acostaste con el canadiense. 

Dijo sorprendido acercandose al rostro de la mexicana.

México: ¿Que? ¡No! No paso nada.

Expreso con nerviosismo, mientras daba un paso atrás.

Argentina: Yo quiero saber que es la nada para vos.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2023 ⏰

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