Una manito y un descubrimiento

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*Nota de autora*

Hola y lamento mucho desaparecer otra vez; exámenes del instituto que me dejaron molida y un virus estomacal que me destrozó mis pobres tripitas D:

Aquí les dejo con nuevo capítulo, y agradezco a @ChanchoConSalsa, cuyo comentario en el capítulo pasado me sacó una sonrisa. Si estás leyendo ahora, espero te guste querido compatriota (MÁS CHILENOS QUE INUNDAN ESTE FANDOM)


Me tomé lo que quedaba del café en compañía de aquel muchacho de atrayentes ojos, rodeados de un silencio acogedor. Los maullidos de Shingo, mi gato, a menudo se hacían presentes en la cocina. El chico extiende su mano y acaricia el pelaje moteado de mi mascota, con una sonrisa en sus labios

-Que lindo gato-exclamó suavemente Haru; el animalito se encaramó a sus piernas y se acostó sobre su regazo, ronroneando a gusto

-Es raro, Shingo nunca hace eso con los desconocidos-comenté asombrado; cuando Kisumi o Rin vienen de visita, el gato bufa y gruñe fuerte. Es extraño que se lleve bien con un desconocido

-A lo mejor seré alguien importante a largo plazo-respondió con una suave carcajada

-Je, a lo mejor-resoplé divertido mientras me terminaba la taza de café y la dejaba en el fregadero

-Sabes, el otro día vino un tipo alto de ojos verdes a darme la bienvenida, se veía simpático-espetó Haru, tomándose lo que quedaba de café

-Ese chico es Makoto, es agradable y muy dulce-añadí y tomando la taza del pelinegro y dejándola en el lavabo junto a la otra. Miré el reloj encima de la cocina, sin prestarle verdadera atención a la hora marcada; de repente, se me ocurre soltar algo-¿Tienes algo que hacer el fin de semana?-pregunté casualmente mientras me apoyaba en la barra americana

-No-responde el chico, inclinándose contra esta y mirándome fijamente a los ojos. Sus despampanantes ojos azules brillando como gemas recién pulidas, como tesoros de colección-¿Por qué el interés?

-Tenía pensado invitarte un día de estos a recorrer la ciudad; no sé, tomarnos un café o algo así-pedí con una sonrisa conquistadora, a lo que Haru se ríe

-No me vendría mal salir un poco, me sofoco en mi departamento-respondió el pelinegro mientras se acomodaba un mechón de sus cabellos tras su oreja-Gracias por dejarme desayunar aquí, pero ahora necesito terminar de desempacar en mi departamento-bufa levemente mientras se levanta del banquillo, pero yo lo detengo con un suave apretón de la mano

-¿No necesitas ayuda?-pregunté sonriendo y apretando más su mano; me sorprendí puesto que su piel es bastante suave para ser la de un chico

-Un par de manos extras no me vendrían mal, ¿pero y tu amigo?-Haru se afloja de mi agarre y mira a mi habitación desde su posición, tambaleándose un poco ante la imagen de Kisumi roncando fuertemente. Me dio un escalofrío en la espalda baja, peor lo ignoré como pude

-Dejémoslo dormir, hoy es su día libre-respondí finalmente-pero antes, déjame cambiarme; no sería cómodo arreglar un departamento con un traje de Boss

-De acuerdo, te espero-replica finalmente el chico, saliendo por la puerta de entrada de mi casa y dejándome solo. Antes de ir a ducharme, saqué una libreta y le escribí una nota a Kisumi, diciéndole que no iba a estar por unas horas, que tomara algo para la resaca y que preferentemente se fuera de mi casa


Me termino de acomodar la camiseta negra sobre mi torso. Me examino frente al espejo y sonrío internamente. Salí del departamento respirando un buen aire de ciudad

-Buenos días Sousuke-me saludó Makoto, que venía recién saliendo de su departamento-Te veo contento, ¿acaso algo pasó?

-Solo digamos que tengo una cita-respondí sonriente mientras caminaba. El chico pelicastaño sonrió y me acompañó en el camino

-Se me hace que vas a pasar un rato interesante-agregó el chico ojiverde con una sonrisa que no supe si clasificar como dulce o pervertida y sus ojos con un brillo peculiar que no le había visto hace tiempo. Antes de siquiera poderle contestar, ya habíamos llegado a la entrada del complejo. Makoto se despidió con un movimiento de su mano y salió del edificio...No sé por qué, pero hay ocasiones en las que lamento haberlo dejado ir...


Llegué al séptimo piso, en el edificio frente al mío. Toqué el timbre y me metí las manos en los bolsillos de los jeans. Pude escuchar un par de pasos y la puerta de blanca madera se abrió, revelando a un chico vestido con una camiseta azul ajustada y unos shorts de tiro alto de color blanco y lunares azules(*), además de andar descalzo; por mi cabeza pasó en el momento en que me diera la espalda darle una nalgada, pero me contuve como el caballero que soy

-Hola de nuevo, y gracias por venir a ayudarme-sonrió el chico mientras me invitaba a pasar a su departamento. Estaba pintado de blanco y había varias cajas de cartón apiladas, un par de plantas de maceta alta y un espejo de cuerpo entero. Lo único que parecía fijamente instalado era un mueble para una televisión y una radio, con sus respectivos discos-Lamento el desorden, pero no he podido acomodar la mayoría de las cosas

-No es problema; ¿por donde comenzamos?-pregunté con una sonrisa, listo para la acción

-Bueno, mejor empezamos con la sala de estar. Necesito poner la alfombra y los sillones ya están armados-señala una enrollada alfombra de peluche azul oscuro que se me antoja cómoda. La agarramos entre los dos y la estiramos frente al mueble de la televisión. Al poco rato, Haru empezó a mover una mesita pequeña y la puso sobre la alfombra-Ok, de los sillones me encargo más tarde, ahora quiero ver si el agua y la calefacción funcionan. Si quieres puedes recorrer el lugar-espeta Haru mientras se aleja al baño de su casa, cerrando la puerta. Me quedé parado un rato y empecé a caminar por el departamento; era idéntico al mío, salvo en el color de las paredes, que eran blancas. La cocina tenía la misma barra americana y el tamaño era exactamente igual a la de mi hogar. Una puerta abierta me llama la atención y descubro que es su habitación, así que decidí entrar


La habitación estaba pintada de blanco y azul, lo que le daba un aire de sofisticación; la cama era de dos plazas y tenía mantas blancas y almohadas en distintas tonalidades azules(*). Tenía un placard(*) de madera clara y una mesita de noche de madera oscura. Colgaban algunas fotografías de aspecto profesional, además de una lámpara de globo colgada del techo. Encima de la cama estaba una laptop encendida; mi curiosidad pudo más que la ley cívica de propiedad privada, así que me acerqué y ví un par de pestañas abiertas, una en particular que me llamó la atención y que dí click para ver de que se trataba. Era un perfil de XVideos, cuyo nombre de usuario me agitó la sangre de forma estrepitosa: "Blue-eyed Angel"


Glosario

(*)El atuendo de Haru lo publícare en los comentarios, el cual conseguí en un tumblr dedicado a la pareja SouHaru

(*)La habitación de Haru la publicaré en los comentarios, al igual que la ropa

(*)Un placard es un armario fijado a una pared

Mi vecino de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora