Inquebrantable

Cómo el sol

Estaba viendo una fotografía.

No podía concentrarse.

Ya había pasado mucho tiempo y no había avanzado nada. Sentado en frente de un piano, tenia el ritmo y tenia las ideas en su cabeza, pero no podía darle forma.

—¿Cómo vas? — le dijo su presentante cuando lo miró mas de cinco minutos observando la ventana de vidrio.

—Se necesita nostalgia para eso, ¡Haz algo! ¡dame una mala noticia! — el simplemente levanto una ceja y no dijo nada al respecto, podría ser cierto, ha estado bastante feliz últimamente y sabía perfectamente por qué.

—Olvídalo, no tengo tiempo para eso. — Se puso de pie de manera emocionada mientras tomaba su celular y hacia una llamada.

Habían pasado 4 años y cuando llamaba su corazón siempre palpitaba a mil por hora.

Para su sorpresa sonó muchas veces y nunca contestó, lo intentó una vez mas y de nuevo jamás contestó.

 Esa era la mala noticia que debería de recibir, así que entró de nuevo, su actitud era la contraria decía.

—¡Ahora sí! ¡dame ese papel! — se puso a escribir de manera animada, y ahora las cosas si tenían mucho sentido.

—¿Qué te dijo? — ya no debería de estar allí, debería de estar alistándose.

—Que su madre esta enferma. — Mintió. Pero después de todo pensaba que estaba haciendo algo, se le vino a la mente que debería de ir a buscarlo. No tenia nada de malo, quería verlo y estaban casados —¿Sabes qué? Termino esto y voy a su casa.

Estuvo llamándolo durante todo el trascurso de esta. Era raro, estaba preocupándolo, después de todo no era alguien que nunca respondiera sus llamadas.

Así que utilizando una aplicación (que por cierto estaban a punto de prohibirla) logró rastrearlo por medio de su celular.

Después de todo él se lo había regalado.

Para su sorpresa la dirección era un restaurante.

No entendía porque estaba allí. Se puso la mascarilla y su gorro antes de salir.