Capítulo 31 {4 Parte}

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—Sí, sé que no estoy curada. Estoy lejos de estarlo, pero lo estoy tratando. Es duro, pero me lo tomo día a día. Tengo un diario ahora. De todo lo que escribo es de ti. Como me gustaría poder hacer las cosas diferentes. Poder compensarte por todos mis errores. Te extraño. Te amo Leah, incluso si nunca te lo demostré.

Seco las lágrimas que caen por mis mejillas. —Mamá... no sé qué decir. Hay tantas heridas en el pasado. Sabes, pase una maravillosa navidad con las personas más amables que he conocido. Son lo que debe ser una familia. No la mierda que nosotras tenemos.

—Quiero darte eso Leah. Todo lo que pido es una oportunidad y esa es una gran cosa para pedirte, lo sé.

Mirando fijamente el parabrisas, finalmente susurro—: Sunghoon y yo estamos muy enamorados, y soy extremadamente feliz. Más feliz de lo que he sido alguna vez. Tengo geniales y sinceros amigos. Por fin tengo autoestima. Las cosas son maravillosas en este momento. No quiero echarlo a perder.

—Tienes todo el derecho a decir que no —dice mi mamá—. Entiendo. Puede que no haya vuelta atrás.

Sin saber qué pensar, solo me froto la cabeza. —¿Puedes darme un poco de tiempo? ¿Darme tiempo para pensarlo y hablar con Sunghoon?

—¿Él es tan importante? —pregunta ella.

—Sí —murmuro—. Lo es.

Mi madre mueve nerviosamente sus dedos. —¿Por qué no hacemos esto, por qué no hago la cena del domingo, y si vienes, está bien? Te daré la elección.

—Va a ser realmente horrible si no voy, mamá. Quiero decir, no quiero que empieces a beber de nuevo.

Ella pone sus manos al frente. —Puedo manejar esto. Necesito ser capaz de hacerle frente a las cosas. Hay una reunión esa noche, así que, si lo necesito, puedo ir a buscar un poco de apoyo.

Tomando una respiración profunda, contesto—: Iremos. Lo juro mamá, tienes una oportunidad. Eso es todo.

—Voy a tratar de hacer lo mejor posible para no decepcionarte otra vez —afirma—. Así que, ¿el domingo como a las 5:30?

Lentamente, asiento con la cabeza. —Síp, Sunghoon y yo estaremos ahí.

—Gracias —exclama mi madre—. No estarás decepcionada.

—Espero que no.

Se queda sentada torpemente por un segundo. —Está bien, te veré entonces.

—Adiós —digo, agitando mi mano.

No voy a abrazarla. Mi madre sonríe y se baja del auto. Cuando se va, me echo a llorar. Gracias a Dios, mis ventanas son polarizadas. Me siento y lloro por un rato. Cuando termino, el estacionamiento de la escuela está casi vacío. De repente, mi teléfono suena.

Respondo—: Hola.

—¿Dónde diablos estás cariño? —pregunta Sunghoon. Eso hace que empiece de nuevo a llorar. —¡Leah! —grita desesperadamente Sunghoon — ¿Qué pasa?

Sollozando, tartamudeo—: Mi mamá... mi mamá vino a la escuela.

—¿¡Que!?¿Estás bien? ¿Qué paso?

—Ella está sobria... supuestamente, y vamos a ir allí para cenar el domingo —suspiro.

Solo se escucha un silencio de muerte al otro lado. —Di eso de nuevo.

—Bien, supongo que ella dejó de beber, y me dio este muy buen argumento sobre cómo va a cambiar. No lo sé... quisiera que ella lo hiciera. Quisiera que fuera cierto. ¿Y si puede estar sobria?

The Art Of The Life - Park Sunghoon (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora