Capítulo 23 {2 Parte}

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Mi mandíbula se cae al suelo. Rápidamente dejo el camisón y me precipito detrás de él. — Sunghoon —grito, cuando me acerco a él—. Para. —Le agarró del brazo y tiro de él parándolo—. No era mi intención hacerte sentir incómodo.

Se vuelve y me mira. —No es eso. Solo. ¿Qué se supone que debo decirte? ¿Qué sería inapropiado? Quiero decir, hacemos bromas, pero si te dijera... no puedo... bien, sí, que te verías caliente como el infierno en eso, y que probablemente haría que un montón de pensamientos pasen por mi cabeza, pero ¿eso está mal?

Me quedo mirándolo. Finalmente, le susurro—: No, no creo que esté mal. Yo digo que eres sexy todo el tiempo. Sabes que te veo de esa manera, pero nunca haría nada... —Mierda, sí me gustaría hacerlo—. Vamos a dejar el tema está bien. Compraré pijamas normales y vamos a dejar de hablar de lencería.

Él abre la boca y la cierra. —Muy bien —él finalmente suspira—. Escoge lo que quieras.

Sacudiendo la cabeza, digo—: No, solo debemos irnos.

Burlándose ahora, Sunghoon resopla—: No seas ridícula. Si deseas pijamas más adultas, los obtendremos para ti. Vamos, no me siento avergonzado con esto. —Me agarra la mano y tira de mí de nuevo a través de la tienda.

Cuando llegamos al apartamento, lavo toda la ropa de Sunghoon y la cuelgo. Me dijo que simplemente las pusiera en la secadora y rodé los ojos.

—Lavaré la ropa a partir de ahora —declaro—. No se ponen esas cosas en la secadora.

—Por lo tanto, vamos a ver si lo entiendo, si me equivoco en las tareas, ¿Simplemente las harás tú? Hmm, creo que me va a gustar eso —se burla Sunghoon.

—Limpiaré después de ti. No me importa —le digo—. Estoy acostumbrada a cuidar de la casa y, de todos modos, tengo que hacer algo para recompensarte. —Abro la puerta del armario y saco la escoba. Cuando la cierro, Sunghoon está de pie allí. Él me quita la escoba—. ¡Oye! —exclamo—. Voy a barrer.

Sosteniendo la escoba, Sunghoon l dice—: Tú no eres la sirvienta Leah. No me debes nada. Nunca voy a dejar que hagas ni una sola tarea si tienes esa actitud.

—Este lugar se convertirá en una pocilga si vivimos con esa regla —declaro en serio—. Ahora, dame la escoba.

—No —afirma sosteniéndola aún más lejos. Salto hacia ella y él gira.

Empieza un juego de mantenerse alejado durante unos diez minutos.

Finalmente, la mantiene por encima de mi cabeza por completo—. Soy un poco más alto que tú. Nunca vas a conseguirla.

Cruzo los brazos. —Entonces barre el suelo. Está sucio.

—Bien —dice juguetonamente. Lo veo empezar a barrer el piso—. Ves, yo puedo limpiar.

—Veo eso, muy bien, conseguiste una galleta por hoy —replico.

Se ríe. Pasamos el resto del día sin hacer casi nada. Hay algunas películas que vemos y hago pollo parmesano para la cena. Sólo somos nosotros y eso me hace muy feliz.

A la mañana siguiente nos preparamos como lo hacemos todos los días y me lleva a la escuela como todos los días de la semana. Sunghoon me da un beso en la mejilla, lo que me hace sonreír. Entro a la escuela y veo a mis... amigos. Hablamos y así sucesivamente. Entonces, mientras me dirijo hacia mi casillero para el almuerzo, me cogen con la guardia baja.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —grito de felicidad.

Jake se levanta de estar apoyado en mi casillero. —Estoy siendo el viejo tipo sucio en la escuela secundaria.

The Art Of The Life - Park Sunghoon (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora