Una noche de terror

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El recuerdo de la emoción que se sembraba en el pecho días antes de ese catastrófico día, quizás era el destino advirtiéndo que no debía de ir a ese encuentro tan pospuesto en el tiempo.
Un presagio de lo que se avecinaba.
Se preparado todo sobre el aspecto tanto cómo si fuera a ser su funeral, casi lo llega a ser, incluso momentos antes del encuentro el corazón gritaba desgarradoramente, pero ilusa pensó que era la felicidad de reencontrarse con un viejo amor, pobre niña tonta.
Lo que recordaba de su aspecto no era semejante a lo que vio frente a ella en persona, pero ¿no estaba tan mal no? Cambiando los planes que tenían de ver una película porque no habían asientos disponibles, lo cual era mentira ya que la niña era tonta mas no incapaz de observar la pantalla par ver aún quedaban asientos solo que él los quería hasta el final, donde nadie los viera ¿cómo no lo vio venir?
Su nueva ubicación para la reunión fueron unas cabañas, cuyo nombre debió advertirle que realmente sus intenciones estaban claras y ella solo intentaba convertirse en no vidente. Que tonta y pobre niña que pensaba que los mensajes eran un juego por ambas partes y no una planificación del futuro. Estando ya a solas, este "buen amigo" comenzó poco a poco a ir perdiendo piel y a dar pasos más firmes que demarcaban su obvio objetivo. La tonta se sentía cada vez más cohibida ante sus demostraciones y palabras que intentaban causar un claro cegamiento, para tener el camino libre. Sus palabras cada vez más sugerentes, sus roces que buscaban más un placer propio y esos sonidos obscenos que emanaba incitaban cada vez más las ganas de huir de la ingenua hacia un lugar seguro, ella que había sido llevada a esa cueva retraída del mundo pensando en ver una película con un viejo amigo y comer algunos dulces... o querida ¿no sabías que el dulce eras tú?
Pasando por cada tortura peor que la anterior apenas lograba negarme a ser desnudada, más sin embargo, esto no era un obstáculo para que el ente, el cual nunca pregunto si quería que todo eso ocurriera, tocara hasta la más íntima parte de su ser. Queriendo correr y meterse en una tina para lavar hasta el último centímetro de piel que estuvo tocando el amigo, logró aguantar hasta que el castigo de varias horas terminó. Al fin el carrusel vino a recogerles de ese infierno al que había sobrevivido la tonta y besando la boca del demonio se despidió pensando en que no había pasado nada malo, sin saber que en realidad no había tenido la potestad para frenar una situación que su cuerpo aborrecía y ella lo sabía.
Por eso niña tonta no vuelvas a ver al demonio a los ojos y creas que porque es bello ante los demás, no tienes derecho a negarte a sus peticiones descaradas, después esa herida dolerá cómo el mismo infierno y sentirás su aliento en tu oído llamando a las pesadillas...

Sólo algo pequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora