Destrozada a pedazos

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Siempre... Siempre... Siempre he intentado ser fuerte, ante todo, ante todos, siempre he aguantado llorar.

Pocas eran las veces que lloraba y cuando lo hacia no dejaba que nadie me viera. Nunca tuve una verdadera amistad, de esas que tu sientes que puedes confiar en la otra persona ciega mente.

Yo solo andaba de una amistad a otra saltando de aquí, para allá y aunque yo intentará dar todo de mi no parecía ser suficiente para los demás.

Poco a poco me cuenta que no podía confiar en nadie así que me fui cerrando, ocultando mis verdaderos sentimientos mostrando sonrisas que realmente no pertenecían a mi.

Aun así, me lastimaban solo que ahora ya no lloraba me decía a mi misma...

"Solo sonríe... tal vez ellos no saben lo que hacen"

Lo único que hacia era mentir me a mi misma. Con el tiempo también deje de ser cariñosa pensaba que si lo hacia de esa manera ya no me lastimarian mas...

Pero... no fue de esa manera...

Mas dolor sentía, quería un abrazo, deseaba que alguien me dijera que me queria y que era importante en su vida.

El tiempo pasaba y yo cada vez me sentía peor, no lloraba, no me iba a dar por vencida, no aun, lo podía soportar mas. Varios años pasaron y yo no había llorado, y si lo hice fue por cosas tribales como la salida de la escuela.

No sentía cariño verdadero,  mi familia eran personas que no demostraban mucho cariño. Eran solo palabras. Y yo necesitaba un abrazo. De hecho era como si me ignoraban la mayoría del tiempo.

Me dolía... me dolía mucho, pero no le ponía atención.

Fue así mucho tiempo, hasta que no aguante mas.

Un día sentí que era mucho
y... yo... solo... llore...

Ese día en mi cuarto a solas, mientras mi familia esta fuera en sus asuntos. Sentía como las gotas saladas caían por mi rostro en cada una de esas lagrimas iban pedazos de mi... caían poco a poco, el dolor, la ansiedad, la necesidad, el miedo...

Hay, en esas lagrimas, iban todas esas cosas y mas, eran las palabras que había querido decir desde hace tanto tiempo pero no las dije y quedaron ahogadas en esas lagrimas.

Deseaba gritar y decirle a todos lo que sentía, pero había algo que no me dejaba hacerlo... yo misma.

Era fuerte y lo podía soportar... así que seque mis lagrimas, y espere a que mi rostro volviera a la normalidad.

Y... salí como siempre... sonriendo... como si todo estuviera bien...

Sólo algo pequeñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora