pedido por Ranfreenn ♡
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───── male reader, ondita escolar y soft.
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Tus dígitos nerviosos jugueteaban con las hojas del cuaderno de ciencias en plena clase, sin atención alguna prestada en tu profesora. Seguías algo incrédulo con el reciente giro que dió tu vida.Satoru te había pedido para salir hace tres semanas y aún así seguías avergonzado a su lado. Te mimaba mucho y hasta lo hacía en público, a él no le importaba demostrar su cariño.. pero a ti sí.
A veces no podías omitir las opiniones negativas del resto aunque quisieras, pero Satoru intentaba que entraran en confianza poco a poco. Te quería mucho como para cagarla tan rápido.Mientras intentabas tranquilizarte, escuchaste un leve chirrido de una silla a tu lado. El azabache te estaba observando con un leve rojizo en sus mejillas, maravillado por ti. Cuando le fijaste tu atención, te extendió un papelito velozmente hacia tu escritorio.
“después de esta clase ve a la biblioteca >.>"
Huh. ¿Para qué? La biblioteca era un espacio gigante, pero completamente aburrido.
Le diste la vuelta al papelito para ver que había algo más escrito."regalo sorpresa meow"
Reíste a lo bajo, mirándolo por última vez antes de asentir; el japonés te dedicó un veloz guiño antes de mirar el pizarrón.
La idea de un regalo te emocionaba, pero realmente con la sola presencia de Satoru ya te sentías satisfecho. Si era algo de gran valor, no le irías a aceptar aunque se pusiera de rodillas.───
Apenas el timbre resonó te disponías a guardar tus cosas, pues ya era la última clase del día. Cuando volteaste para ver a Satoru, ya no habían rastros suyos, se había retirado tan rápido y ni sus cosas dejó en su puesto. Suponías que fue a buscar el regalo, pero pensabas que lo tenía en su mochila.
Tu camino vigoroso fue hacia la biblioteca, la cual estaba vacía y silenciosa. Nadie a esa hora se dirigía al lugar y normalmente era de los últimos sitios en la escuela que limpiaban. Tanto secreto por el regalo te estremecía.. empezabas a morderte las uñas hasta llegar al lugar, situándote frente a la entrada para esperar a tu novio.
Pasaron bastantes minutos en los que te habías cambiado de sitio al menos cinco veces, yendo recorriendo la biblioteca y sus pasillos. Satoru ya tardaba y eso te preocupaba, temías que su tardanza se debiera a algo malo.. pero pronto empezaste a pensar que quizás y solo quizás, se trataba de una broma. No lo creías capaz de ello, pero habías tenido tan malas experiencias anteriormente que no te sorprendería.
Y justo cuando querías dirigirte a la puerta, la misma se abrió lentamente para dejar asomarse el rostro agotado del azabache. Aún así tenía una sonrisa plasmada al ver que no te habías ido aún.
─P–Perdóname.. estaba.. uh, es que tu regalo lo tenía puesto en otro sitio.
Frunciste el ceño, acercándote a él para poder qué ocultaba tras la puerta. Satoru se alteró un poco ante esto, balbuceando un poco antes de hablar claramente.
─¡Espera! Uff. Que impaciente eres, lindo.. Cierra los ojos.Qué tonto. Te cruzaste de brazos con una sonrisa juguetona, mas obedeciste a su pedido.
Pronto escuchaste la puerta abrirse y seguidamente cerrarse de una manera tan lenta e inaudible para no provocar escándalo. Pasos se aproximaron hacia ti, hasta que su olor empezó a invadir tus fosas nasales, esa fragancia que te traía totalmente a sus pies.─Ahora extiende las manos.. Y no abras tus ojos hasta que sientas algo.
La emoción empezó a transformarse en terror, la última vez que hiciste eso cierto sujeto de gafas te puso una araña muerta en las palmas.. Pero confiabas en Satoru, cada día más que el anterior, así que hiciste caso cuando su dulce voz te lo pidió.
No fue hasta unos segundos después que empezaste a escuchar la tela del uniforme del japonés moverse, como si estuviera sosteniendo algo; un peso recibiste en tus manos, al tacto era suave y peludo, algo tan esponjoso que provocó que abrieras los ojos de inmediato.
...
—¡Sorpresaaaa~!Era un felino de unos cuántos meses el que sostenías entre tus palmas, te observaba curioso y tambaleante, pues todavía le costaba siquiera estar quieto. Era un bebé..
No podías creerlo, tu rostro en pura sorpresa lo decía, pero al verte, Satoru comenzó a inquietarse.—Em.. ¿N–No te gusta? No eres alérgico, ¿verdad, amor?—finalmente lo miraste, trazando una sonrisa genuina en tus labios.
Lo querías mucho. Estabas a punto de ponerte a llorar.
──¡Me encanta! Yo.. siempre quise un gato, pero mi mamá no me deja.Eso era un problema. Tu expresión se tensó, esperando el auxilio de tu novio.
─Lo cuidaremos entre los dos. Será nuestro secreto.Y tras esto se inclinó hacia ti para no serle molestia al felino en tus manos, empleando un contacto leve entre sus labios, como un piquito. Volvería a tomar la palabra, llevándose las manos a los bolsillos.
─Hay que ir preparándonos cuando tengamos más en el futuro.. no creas que rompo mis promesas, ¿eh~?─la diestra retiró para poder llevársela a la nuca, algo apenado─. Yo realmente quiero pasar mi vida contigo.. no mentí cuando lo dije en esa carta.Y era verdad. En la carta en la que te propuso ser su novio sí mencionó sus ansias por tener una vida juntos después de la escuela. Creías que sería una boba promesa entre adolescentes enamorados, pero sus palabras te hacían pensar que él no lo consideraba de esa forma. No podía imaginarse una vida con otra persona que no fueras tú.
El felino colocaste cuidadosamente en el suelo, querías sostenerlo más pero no podías aguantar el no poder agradecerle a tu novio correctamente. Te tiraste de inmediato a los brazos del japonés, atrapando sus labios con los tuyos en cuanto sus rostros se acercaron lo suficiente.
Fue corto, mas su anatomía seguías rodeando, al igual que él con la tuya.──Te quiero.. No. Te amo mucho, no sabes lo feliz que soy contigo. Si llegamos a ser viejitos, el que se muere primero pierde, ¿no?
Satoru se rió tras tu enunciado, procediendo a acariciarte el cabello con sus delgados dígitos. Adoraba rodear tu cuerpo, así tu aroma se impregnaba en su ropa por todo el día.
Sonreías juguetón antes de dejar el último beso en su nariz, volteando a ver al felino.
Querías atesorar ese momento para siempre.. tú, Satoru y un gatito de pelaje gris.─Oh, por cierto.. Uh. Habrá que darle un baño. El que lo encontró me dijo que era blanco.
No era gris.
Ladeaste la cabeza, algo confundido.
─¡No te preocupes amor! No creas que he olvidado las vacunas~. Vamos, también hay que verle el nombre.Y entre tanta risa se hallaba un profesor de matemáticas que se había quedado sin dinero para el almuerzo de ese día.. y capaz de una semana completa. Pero de eso jamás te enterarías.
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algo bonito después de la otra cochinada. ^_^ jeje.
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ranfren: one-shots.
Fanfictionone-shots que irán cambiando entre lo tierno y cuestionable. ♡ únicamente español, acepto pedidos. arte por captainhowdie.