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Los pasos del imponentemente tierno Soo-hyun hacían eco por los pasillos de la gran vivienda, el estrés siendo palpable. Por detrás lo seguía un silencioso Felix en una pijama color azul oscuro, pero ¿por qué pijama? Si era un jueves por la noche, el reloj podía estar marcando casi la media noche cuando se despertó por el constante escándalo de su papá y de sus asistentes.

En resumen, desde temprano en la tarde había estado lloviendo, el país atravesaba un frente frío de lluvias torrenciales, los vuelos se adelantaron, las calles y negocios cerraron, y por último las clases estaban suspendidas hasta nuevo aviso.

— Papá, ¿Qué pasa?

— Se adelantó el vuelo de tu madre por las lluvias. — Mencionó agitado echando una pequeña cantidad de ropa en una valija de igual tamaño. — Y debo ir a buscarla, no sé si podremos regresar, en cualquier caso y para evitar, regresaremos el martes por la tarde.

— Vale, ¿necesitas que haga algo por ti?

Apretando el borde de la pijama imploró mentalmente que no se pusiera en mates y aceptara que estaba grandecito para ciertas cosas, si saben a lo que me refiero.

— Descansa estos días, lo necesitas. — Lo siguió de cerca hasta el living. — No fiestas, no alcohol y no drogas, Lee Felix. Arriba hay supresores. — Lo vio ajustarse la gabardina caliente y rió por lo bajo, sólo se arreglaba para su madre.

— ¿Changbin puede venir?

— Me imaginé que preguntarías algo así, entonces me adelanté, llamé a Changbin para que cuide de ti.

Agudizó su audición, la fuerza de la lluvia se redujo relativamente por lo que en ese momento Soo-hyun debía partir, pero lo que más le sorprendió fue que cuando un asistente abrió la puerta para sacar el equipaje se toparon con un Changbin a punto de tocar la puerta.

— Hola, Lixie. — La sonrisa de media luna hizo acto de presencia. — Señor Lee, ¿cómo le va? Mañana por la tarde le enviaré unas ideas extremadamente buenas para el EP.

— ¡Bin! — No había dado ni tres pasos cuando un abrazo le impidió avanzar.

— Indicaciones, si llego aquí el martes, y mi hijo, mi único hijo está con una marca, te voy a cortar las bolas y todo lo que engloba, Changbin. — Gruñó como sólo un alfa de familia lo haría, para intimidar.

— Eres un aguafiestas, pa.

— Lo sea o no, me voy. Pórtense bien, nos vemos.

Un beso en la frente para cada uno y la puerta se cerró dejándolos completamente solos. Felix se acercó a él para tomarlo de la camisa del pijama y plantar un beso en sus labios a modo de saludo. — Espero que duermas conmigo, Bin.

— ¿Y dónde más se supone que deba dormir? — Rieron cuando un par de brazos se cerraron en torno a la cintura del omega y caminaron abrazados escaleras arriba mientras la lluvia volvía a tomar fuerza y ahogaba el sonido de las risas y besos.

— ¿Y dónde más se supone que deba dormir? — Rieron cuando un par de brazos se cerraron en torno a la cintura del omega y caminaron abrazados escaleras arriba mientras la lluvia volvía a tomar fuerza y ahogaba el sonido de las risas y besos

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Before meeting you • ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora