chapter one.

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Bajo el ardiente sol de una ciudad australiana Camille Girard se encuentra camino a su cafetería favorita, en un lindo vestido blanco con tacones bajos y bolso a juego, se siente como la protagonista de alguna linda historia veraniega recorriendo ...

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Bajo el ardiente sol de una ciudad australiana Camille Girard se encuentra camino a su cafetería favorita, en un lindo vestido blanco con tacones bajos y bolso a juego, se siente como la protagonista de alguna linda historia veraniega recorriendo las aceras de la urbanización un viernes por la tarde.

Se detiene frente a su destino, un mediano local con varias macetas de frondosas plantas que decoran la entrada y dan estética a las dos rústicas mesas exteriores, una de ellas ocupada por un grupo de mujeres mayores bastante elegantes que de seguro están pasando una linda tarde de amigas.

La rubia entra al local, el ruido de la campana anuncia su llegada y deja que el delicioso aroma a café invada sus fosas nasales.

El lugar era maravilloso. Con un gran ventanal de cristal que brindaba una majestuosa iluminación y hermosa vista a la ciudad, tulipanes en las barras de las ventanas, enredaderas en las paredes, helechos colgando del techo y una que otra maceta de plantas altas. Era, sin lugar a dudas, un espacio confortable.

— ¡Hey! Camille, mi cliente estrella —saludó el barista al ver a la oji azul cruzar por el umbral. Camille sonrió.

— Hey Kit — Saludó mientras tomaba asiento frente a la barra — ¿qué tal todo?

— Oh, ya sabes... pasteles, turistas, café... — hizo una pausa mientras terminaba de servir dos expresos — y muy buena propina - enfatizó guiñando un ojo.

Camille y Kit compartieron una risa cómplice. Para nadie era un secreto que Kit era bastante aclamado por la clientela.

El chico se dirigió a una de las mesas con ambos expresos en bandeja mientras la rubia lo seguía con la mirada desde la comodidad de su asiento.

Kit era notoriamente apuesto. Alto, de contextura gruesa y un rostro angelical. De no ser porque lo conocía pensaría que es alguna clase de actor o celebridad, pero no, Kit es el guapo barista de la cafetería de la 67 que vuelve locas a las turistas y locales que sólo van allí para deleitarse viéndolo trabajar. Sin duda alguna, las generosas propinas que recibe día a día son gracias a su apariencia y encantadora personalidad.

— En fin ¿Lo de siempre, querida Cami? — le preguntó dulcemente una vez volvió a estar al otro lado de la barra.

— Lo de siempre, querido Kiti — canturreó la de ojos celestes siguiéndole el juego.

— ¡Bien! sale un mocha blanco con leche de coco.

La fémina toma su teléfono en lo que se dispone a esperar, después de unos minutos levanta la vista al ver por el rabillo del ojo como Kit desliza su bebida y un trozo de humeante pastel de chocolate en su dirección.

— Emma acaba de hornearlo, la casa invita — sonríe.

Camille agradece sonriendo de vuelta y toma un bocado del pastel — ¡Dios! — exclama de inmediato.

Como el ruido de las olas | Bella Ramsey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora