𖧷 O̶r̶i̶g̶e̶n̶ 𖧷

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𑁍 Flashback 𑁍

Una joven princesa se encontraba debajo de una larga mesa comiendo dulces que había robado minutos atrás. No fue cuando un robot de caramelo cargó a la menor llevándola de inmediato con su padre.

- Oh oh -

La niña gritó, sollozó y pataleó buscando zafarse del firme agarre del guardia robot, sin embargo, esto nunca funcionó.

Al llegar frente al rey, la peli-verde miró a su padre el cual yacía en su trono completamente serio.

- Mandy, ¿qué es lo que te dicho de comerte los dulces ajenos? - Cuestionó el rey frunciendo el ceño.

La niña rió con inocencia guardando los pocos caramelos que le sobraban.

- Lo lamento, padre. Prometo no volver a hacerlo - Mandy formó una falsa sonrisa inocente, ganándose un suspiro del mayor.

- No puedo enojarme contigo, princesa - Negó con la cabeza derrotado. - De todos modos, te he traído una sorpresa - Dio unas palmadas, provocando que sus sirvientes se retiren de inmediato.

La menor jadeo con emoción esperando lo que siempre (en estos últimos meses) ha deseado: Un cetro mágico.

Ver a su padre lanzando un rayo arcoiris desde su artefacto a los sirvientes le daría el poder que tanto deseaba.

- Cierra los ojos, Mandy. Sin trampas -

La niña soltó unas risas cubriendo sus ojos con una mano, dejando la otra levantada.

- De acuerdo, ya puedes abrirlos.

La princesa retiró la mano de su rostro confundida al no sentir la fría barra del cetro. De inmediato se encontró cara a cara con un sonriente niño ligeramente más bajo que ella.

- Lo ves, no me olvidé de tu cumpleaños ¡sorpresa! -

Mandy dio un paso atrás mirando fijamente a su "regalo".

- ¿Qué se supone que es él? - Soltó un jadeo mostrando una cara de sorpresa - ¿Mi propio esclavo? -

El rey soltó una breve risa, antes de mover la cabeza en negación.

- No, mi princesa. Es tu propio bufón personal, estará aquí para levantar tu ánimo por el resto de su vida -

- Oh... - Fue lo único que murmuró la peli-verde. Sinceramente sonaba más divertido torturar un esclavo.

- Entonces... ¿Te gusta? -

La niña colocó una de sus tantas sonrisas falsas asintiendo en aprobación.

- Perfecto, en ese caso puedes irte. Tengo deberes que atender ¡y no te olvides de llevarte a tu bufón! Odio a los niños... menos a ti, princesa -

Mandy reemplazó su sonrisa con tristeza tomando el brazo del niño yéndose directo a su habitación.

Ya dentro, la peli-verde miró su corona con furia arrojandola al otro lado de su habitación, para después hacerse un ovillo sobre su cama.

El pequeño bufón observó en silencio acercándose a la figura de su nueva ama.

- ¡Hola! Mi nombre es Chester, ¿cuál es el tuyo? ¡No, espera!.. Era Mandy, ¿cierto? Tienes un nombre muy lindo, me recuerda a la palabra Candy - Entonó el niño con voz alegre. - ¿Cuántos años tienes? Yo acabo de cumplir 7 -

Mandy esbozo una mueca tomando asiento.

- ¿Quieres callarte? No me interesas, fuiste creado para servirme, así que hazte a un lado y no molestes - Dicho esto, cerró los ojos sintiendo una ola de culpa atravesando su cuerpo.

Había escuchado tantas veces hablar así a su padre que ella no pudo evitar imitarlo, lamentablemente no era tan satisfactorio como esperaba.

Mientras tanto, Chester no pudo evitar suspirar deprimido dando un paso atrás.

- Lo lamento, princesa -

La habitación se mantuvo en completo silencio hasta que se interrumpió por unos suaves sollozos provenientes del menor peli-rosa.

La niña levantó su cabeza notando a su bufón soltando unas cuantas lágrimas en medio de su fría recámara. Dando un quejido, se levantó de su cama rodeando con sus delgados brazos el cuerpo del menor.

Chester abrió los ojos abruptamente, notando el ligero rubor en las mejillas de su ama.

- Lo lamento, fui algo grosera. Nunca había tenido un compañero antes así que no sé como actuar. Empecemos de nuevo, ¿quieres? -

Con algo de incertidumbre, el menor asintió de acuerdo limpiando sus lagrimas.

- Me llamo Mandy, pero eso ya lo sabes. Tengo 9 años y me gustan los dulces -

El niño jadeo con sorpresa.
- ¿Te gustan los dulces? ¡Yo también amo los dulces! ¿Quieres ser mi amiga?-

Primero ella lo hace llorar y ¿ahora quiere que sean amigos? Ese niño era raro, fue lo que pensó Mandy.

- Lo lamento, la princesa no puede tener amigos - Se negó la morena cruzándose de brazos, recordando las antiguas palabras de su padre.

- Oh... -

- Pero por ahora puedes llamarme Mandy. Cuando sea reina te prometo que seremos amigos- Dijo mostrando una pequeña sonrisa.

- ¡¿De verdad?! - Exclamó Chester con emoción

- Por supuesto, nunca rompo mis promesas -

- En ese caso, ¡prometo que seremos los mejores amigos, prince... Mandy! -

 Mandy! -

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➪ 𝕵𝖊𝖘𝖙𝖊𝖗 (♔︎) ;; ʏᴀɴᴅᴇʀᴇ sᴛᴏʀʏ +15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora