Suena mi alarma y con desgana, desde mi cama le hablo a mi "Alexa" y le pido que se apague de una vez por todas, pero en lugar de hacer eso, simplemente me saluda y me da la hora, 7:00a.m, no vuelve a sonar después de eso, me retuerzo en mi cama con frustración por no poder dormir más, todo esto por que me voy al doctor.
Me siento en la orilla y observó mi zapato unos minutos, me levanto con mi playera vieja y busco mi ropa para cambiarme después de bañarme, no sin antes agradecer por haber despertado y tener un día más de vida. Me pongo mi ropa y agarro unas pastillas para luego salir de mi habitación pero antes de eso me despido de mis peluches que me miran cobijados desde la comodidad de mi sillón individual. Ya en la cocina agarro un vaso y sirvo un poco de agua en el con la jarra de plástico, obviamente de marca "tupperware", ¿Qué problema tienen las madres con esas cosas? Es como su vida, si se te pierde uno es todo un escandalo, me rió un poco al pensar esto pero rápidamente guardo silencio para intentar no levantar a mi madre y hermana, ya que es sábado, quiero que descansen un poco más.
Tocan un claxon afuera de mi casa y se que es hora de irme, tomo mis llaves para poder salir, abro la puerta de metal pegada al portón de la entrada, veo como una camioneta ¨Kia¨ blanca me espera afuera, no tan pacientemente como quisiera, subo en ella y saludo a mi tía que va de piloto.
-¡Buenas! ¿Cómo amaneciste?- me pregunta con alegria.
-Acostada, ¿y tú?- Intento hacer un chiste, aun sabiendo que los que digo siempre son malos.
Reímos un poco y después comenzó a conducir camino a la autopista, ya en la autopista hablamos de cosas triviales, hasta que le llega una llamada, la cual contesta y con voz muy melosa comenzó a decir:
-Hola. Buen día, amor. ¿Cómo amaneciste?- Pregunta para ser respondida por una voz masculina con el mismo tono, hablaron unos minutos como unos tortolos enamorados, vaya...que incómodo.
-Esta bien. Tú igual cuídate.-
-Te amo, bye.-
Estuvimos en silencio hasta que colgó el teléfono, no aguante y hablé.
-"Hola. Te amo. bye."- La burla en mi voz era notable al estar intentando imitar su voz de hace unos minutos.
-Te burlas de mi solo por que a ti no te ha llegado el amor en tus 17 años de vida. Eres una celosa.- Me contesto en forma de juguetona.
-Doy gracias al universo por eso.-
-Si que eres rarita.- Siguió jugando.
-Y también agradezco eso.- Reímos.
Un tiempo después, por fin llegamos al consultorio, me temblaban las manos un poco, sentía como de a poco, la tranquilidad que tenia se iba marchando junto con mi color, si de por si soy algo blanca, ahora parezco fantasma, mi tía me mira y yo, como puedo, disimulo con una sonrisa, entramos al edificio, todo era blanco y azul, algo monotono,para mi gusto, tomamos asiento en un sillón, pronto ingresa el medico, el cual saluda a los presentes y le pide que pase a una señora enfrente de nosotras con su hija y esposo, al menos creó que ese era su relación, mientras que mi tía y yo nos quedamos en la zona de espera, mientras que nos toman nuestro ritmo cardiaco, temperatura, oxigenación, etcétera, etcétera, etcétera. Por fin nos pasan con el medico, yo en este momento tengo el corazón en la garganta y el culo en la mano, para que no se me fuera rajar.
-Buen día. - Nos saluda.
-Buen día-Saludamos de vuelta.
-¿Cuál es su motivo de asistencia en este lugar?- Inicia, muy bien hablado el señor.
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El borrego que ama el cielo.
Teen FictionIsabella, una chica de 17 años apunto de ser una adulta se enfrenta a las dificultades de su vida, cosas que no se pueden cambiar y lidiar con el como debe ser, de frente y sin dudar apesar del miedo y las dificultades. Puede ser que las dificultade...