Capitulo 10

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Ambos llegaron a la pista; mientras que Gregory iba y rentaba los patines de hielo, Estella al mirar el lugar, cayó en cuenta de que no sabía patinar sobre hielo. Detalle que ella había olvidado por completo debido a necesidad de distraerse. Esto resultaba bastante vergonzoso para la chica, no sólo porque no sabía explicarle a Gregory que ella nunca había patinado en su vida, si no también se sentía terrible por no haberlo considerado antes.

Gregory regresó con los patines, mientras Estella se encontraba nerviosa y casi entrando en pánico. No quería que alguien como Gregory supiera que ella no sabía patinar sobre hielo: para la chica, esto sería increíblemente vergonzoso. Gregory la miró de manera burlesca y divertida, ya que ya había notado la preocupación de la británica.

- Déjame adivinar, no sabes patinar sobre hielo, ¿verdad? -Preguntó burlesco el chico melodramático.

Estella se sonrojó a más no poder, al mismo tiempo que actuó con ira y sorpresa hacia el joven británico.

- ¿¡Y tú cómo sabes rata inmunda!? -Exclamó la chica roja como un tomate.

El chico melodramático río divertido, mientras que Estella tapaba su rostro con su sombrero fiusha de la vergüenza.

- ¿¡En serio!? ¡No puedo creerlo! JAJAJAJA -Exclamó el chico muriéndose de la risa

Él no podía creer que alguien como Estella no supiera hacer algo tan simple como patinar sobre hielo. Sí; había deducido que ella no lo sabía por su mirada, pero no esperaba acertar de tal manera. Al final sólo se río como un manico por un largo rato, mientras que la chica avergonzada le pedía que se callará. Después de todo, la chica más popular de la escuela tenía sus propios pros y contras.

- ¡Sí; no se patinar sobre hielo! ¿¡Y qué!? -Exclamó la chica enfadada y roja de la vergüenza.

- ¡No todos saben lo que tú sí! Señorito perfección. -Dijo finalmente la chica cruzando los brazos y tapando su rostro de la vergüenza.

Gregory paró de reír, y con esfuerzo trato no burlarse tanto de la británica. Sollozando de la risa, al final quiso ser un poco más amable con la rubia; así que le propuso que él la ayudaría aprender a estar sobre la pista de hielo. Estella era orgullosa; y por eso mismo, se sentía humillada por tener que recurrir a alguien más para lograr algo. Pero sin más remedio, acepto la propuesta de Gregory, apenada. Y así, dejando su orgullo de lado.

- ¡Espléndido! ¡Entonces ponte los patines que tenemos trabajo que hacer! -Exclamó el chico melodramático emocionado, la verdad le entusiasmaba la idea de enseñar a patinar a alguien desde cero.

La chica accedió derrotada, y humillada bajo su perspectiva. En fin, se puso los patines y salió a patinar junto con Gregory. Estaban agarrados de las manos, mientras que Gregory también la sostenía de la cintura para mantener su equilibrio. Era vergonzoso e inapropiado para la chica, pero no podía decir nada por la vergüenza y incomodidad que sentía.

En eso Gregory la soltó en plena pista dejando desbalanciada a la chica. Algo que hizo que Estella entrará en pánico.

- ¡Idiota! ¡No hagas eso! ¿¡Qué ves que me puedo caer!? -Exclamó molesta la británica.

El joven río un poco.

- Tranquila, ahora tienes que mantener el equilibrio por tí misma, ¡relájate un poco y lo lograrás! -Dijo el joven soltando completamente a la chica, para final mostrar los pulgares de ambas manos. Con el objetivo de darle ánimos.

《No puedo creer que le vaya hacer caso a este idiota 》pensó la chica británica, para luego tratar de tomarse las cosas con calma: de forma más suave para evitar una humillación pública, que de seguro ella no iba a tolerar. Luego de relajarse, decidió moverse por su cuenta. Aún que con dificultad, logró ir hacia donde se encontraba Gregory.

Amor narcisista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora