Capitulo 5

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Después de explicarle todo lo que había sucedido, hubo un silencio incómodo y Gregory no sabía que pensar, por lo que sólo soltó un ligero "Wow". Mientras tanto pensaba en que decir al respecto, pero le era inútil. Sabía que Estella había hecho las cosas mal, pero no quería recalcarcelo.

— ¿Y qué esperas? Burlarte como siempre lo haces. —dijo la británica con ese tono tan gris y desanimado.

— Hey, esta bien que me burle de las desgracias de Stan y su grupo. . . Pero jamás me burlaria de los problemas de mis amigos. —comentó el chico un poco confendido con las palabras de su "amiga"(por qué ese momento no se consideraban "amigos", si no como enemigos de toda la vida).

Para luego darle un pañuelo para que se secará las lágrimas de sus ojos. El muchacho la miró con dulzura, algo que resultó ser bastante inusual para la chica: ya que ellos se llevaban horrible como para mirarse con compresión, ni mucho menos con dulzura.

— Vamos, ¿por qué no sólo me dices que soy una completa estúpida por pensar que podía verles la cara de pendejos a Pip y a Rebecca? —insistió la chica con tono de molestia.

— Por qué creo que eso no sería correcto. —respondió Gregory, mientras la veía a los ojos.

— Por favor, yo no merezco la compasión de nadie. Jugué con las únicas personas que me importaban, ¡fui una estúpida! Tú debería–

De pronto sufrió un ligero golpe en la frente de parte de Gregory, quien la había golpeado con el dedo del medio de su mano. Estella se quejó nuevamente por el golpe que le dio el chico melodramático.

— ¡OYE! ¿¡CUAL ES TU PROBLEMA!?. —reclamó la chica enojada.

— Estabas comenzando ahogarte en un vaso de agua. —respondió el chico.

La chica lo vio con incredulidad, realmente molesta.

—No estoy aquí por compasión, si no por preocupación. Yo se lo que se siente que nadie este ahí para ti en tus momentos más delicados. —inhalo y exhalo por un momento— Yo vine aquí porque quería hacerte compañía y escucharte. —dijo el chico, agarrando la mano de la británica con las suyas.

Esto hizo que Estella por segundos se sonrojara a más no poder. Era una sensación que sólo había tenido con Rebecca o Pip, era completamente fuera de lugar que alguien como Gregory logrará que ella se pusiera en ese estado; Estella sentía como su corazón estaba enloquecido, no paraba de latir con una gran intensidad y velocidad, sentía como sí su corazón estuviera apuntó de salir de su pecho. En crisis, Estella hizo que Gregory la soltará, al mismo tiempo que se alejaba de él, avergonzada.

El chico melodramático no dijo nada, ya que no había notado el estado en el que se encontraba la chica, por lo que lo dejó pasar, mientras se volteaba a contemplar el paisaje de la plaza; después de todo, era bueno que ellos hicieran las pases. Luego de un breve silencio, Gregory procesó lo que acababa de hacer, y no tardó en sentirse incómodo y nervioso.

Gregory volteó a ver a Estella con nerviosismo momentáneamente, para luego recuperar la compostura de nuevo; y al igual que Estella, se puso rojo como un tomate.

— ¿Sabes qué? Hay que fingir que aquí nada pasó. ¿Okey? —comentó el chico avergonzado y tenso.

La británica sólo asintió con la cabeza, tapando su rostro con sus manos.

Damien y Phillip, después de la larga platica que habían tenido. Decidieron irse del parque con la intención de irse a otro lugar. Pero en un ligero descuido, Pip se tropezó pero Damien lo atrapó al último momento. Este lo atrapó como sí estuvieran a punto de besarse, asiendo un poco embarazosa la situación.

— ¡JA, JA, JA, JA! ¡Damien y Phillip son novios! —dijo Cyle, mientras les tomaba una foto.

— ¡OH, MIERDA! —gritó alarmado el azabache, soltando a Pip en proceso, haciendo que el británico cayera al suelo.

El chico de pelo castaño salió corriendo a toda velocidad para enséñales a sus amigos la foto. Como reflejo, el anticristo fue tras él y el pequeño británico también, mientras se levantaba con esfuerzo para ir tras el azabache y el castaño.

En la plaza se encontraban Craig, Tolkien, Tweek, Kenny y Butters: todos estaban en una tienda comprando alguna cosa innecesaria.

— Chicos, ¿saben dónde está Cyle? —preguntó el afroamericano.

— Dijo que iba ir a buscar a Gregory y Damien. No lo sé. —respondió Kenny extrañado.

— A lo mejor ya no debe de tardar mucho. —comentó el amante de los cuyos.

No fue hasta que a lo lejos pudieron ver a Clyde correr a todo lo que daba, mientras que Damien y Pip lo perseguían por detrás.

— ¡VEN AQUÍ, MALDITO BASTARDO! —gritó el anticristo con ira.

— ¡DAMIEN, POR FAVOR DETENTE! ¡ESTAS OCASIONANDO UN ALBOROTO!. —gritó el británico tratando de detenerlo.

— ¡AHORA NO, PHILLIP! ¡ESTOY TRATANDO DE SALVARNOS LA VIDA! —gritó el azabache.

Clyde llegó agotado en frente de sus amigos, y el dúo también lo hizo. El grupo se quedó extrañado por solo ver a Damien con Clyde, y no hubiera ni una sola señal de Gregory. Por lo tanto, vieron con extrañeza al trío.

— Oye, ¿y Gregory? —preguntó Kenny confundido.

Clyde tomaba aire con es fuerzo, para luego responder.

— No sé. . . —inhalo cansado— Creí que ya estaba con. . . Ustedes. —dijo el chico de pelo castaño mientras se recuperaba.

— ¿Tienes su número de teléfono? —preguntó Craig.

— Sí. . . —respondió el chico de pelo castaño, mientras sacaba su celular para dárselo a Kenny.

Cuando de repente Damien lo tomó de golpe, para luego tomar pulso y lanzar lo hacía arriba, hasta que ya no se vio.

— ¡No, mi celular! —exclamó el chico alarmado.

— ¡DAMIEN! —gritó el británico enojado.

— ¡Se dice gracias! No voy disculpar por salvarnos de una vergüenza pública. —dijo el chico diabólico indignado, pero aliviado por haberlo hecho.

Luego de eso, el grupo le preguntó a Damien donde se contraba Gregory. El pequeño diablillo les respondió que él y Gregory se habían separado entre la multitud de la plaza, por lo que no sabía dónde estaba. Al final, el grupo decidió nuevamente separarse para encontrar a Gregory.

Amor narcisista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora