BNHA SERIE: When I find you.
Libro I
Los inviernos en Yuuei son crueles e implacables, especialmente para aquellos que subestiman su naturaleza. Y a pesar de los extensos páramos de hielo y nieve casi interminables, la vida prospera.
Increíble. Úni...
Advertencia: puede haber posibles errores de gramática y ortografía.
Etiquetas: Términos de género usados indistintamente.
N/A: Esto ha llevado una investigación exhaustiva en cuanto a la mitología nórdica y la sociedad vikinga en general, aunque debo aclarar que ciertos términos en cuanto al vocabulario nórdico antiguo fueron modificados o adaptados con el fin su uso dentro de la historia.
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Por ti; todo.
Las tribus nativas durante muchos siglos conocen con gran certeza lo inclemente e inhóspito que el archipiélago de Yuuei puede llegar a ser. A pesar de que el clima es una constante de bajas temperaturas, congelando tierra, agua y vegetación, condiciones que impide que la vida prospere como lo haría en otro parte del mundo y, sin embargo, es considerado por muchos su único hogar. Una tierra abandonada por los Dioses. Una isla descubierta por exploradores Vikingos a principios de la Edad de Bronce, caminaron sobre la nieve virgen y durmieron bajo la lluvia helada. La gran parte del grupo se fue a los pocos días, incapaces de resistir, dejando a la suerte a unos cientos de personas que decidieron ambiciosamente vivir en el recién nombrado Yuuei.
El gran Archipiélago del Eterno Invierno.
Las tormentas invernales cubren brutalmente de nieve la tierra por 9 meses, aligerando solo durante 3 meses compartidos entre primavera y verano, cortos y relativamente suaves, pero la humedad y los cielos nublados dificultan mucho la agricultura.
Los años pasaron, familias nacieron, crecieron y murieron. Hay 8 generaciones detrás en cada una de las 4 grandes tribus actualmente.
Katsuki Bakugou se considera afortunado, viviendo en una "Era de Paz" y sin muchas dificultades. A veces maldice y cuestiona a sus ancestros sobre por qué creyeron que era una gran idea asentar una civilización en una isla gélida. Odia el frío, odia la nieve... congelando piel y huesos. Es probable que se vaya a la tumba sin alguna respuesta lógica y aceptable, sin embargo, de ninguna manera abandonara Yuuei por una tierra soleada y sostenido verde. Hay cierto encanto aquí, energía mística que se enlaza en el espíritu y que habla sobre adaptación, evolución y crecimiento.
Este es su hogar, su identidad. Puede que haya inconformidad o temor a través de los inviernos extremadamente duros, largos y oscuros, pero la naturaleza provee con sabiduría y esa es su esperanza con cada día que transcurre y prosperan dignamente. La naturaleza será limitada y feroz, pero es imposible odiarla. Quizás un poco... de vez en cuando en momentos de frustración. Son altibajos de la vida.
Katsuki exhala silenciosamente, tenso y malhumorado, observando críticamente la gran variedad de cuchillos, espadas, joyería y artesanías con distintos materiales que los mercaderes navegantes traen de las Tierras del Sur. La mayoría de las cosas no son de su interés, no hay mucho valor. Yuuei en realidad es una tierra muy rica en cuanto a yacimientos minerales a diferencia de lo que muchos extranjeros creen. Dichosos recursos que son protegidos celosamente por cada Jarl de Tribu, ya que es así como logran pagar los alimentos que sus tierras no pueden producir. Además, ningún Jarl necesita mercenarios codiciosos merodeando en sus territorios, ya hay suficientes problemas sin resolver con la escoria de bandidos locales. Son una plaga esos pícaros... Últimamente se han vuelto muy audaces al ir en manadas, planeado saqueos muy elaborados a las aldeas o robando ganado sigilosamente durante la noche.
