Cuando Lionel Messi se mudo a Francia, esperaba encontrar aventuras y nuevas oportunidades para así olvidar el trago amargo que vivió en México, lo que nunca espero fue que la vida lo hiciera reencontrarse con quien menos esperaba volver a ver.
Mess...
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Memo estaba feliz y emocionado, llevaría a Leo a conocer Le Mur des Je t'aime. A pesar de ser una de las zonas turísticas de Francia, no era tan concurrida como otras y él pensaba que era una joya escondida.
Ochoa estaba esperando a Leo en Montmartre y de ahí caminarían hacia su lugar de destino, el resto del día se la paso pensando que es lo que quería, ahora y en su futuro, y cuando miro a Leo acercarse a lo lejos, lo supo.
Quería una vida a su lado. Siempre había sido Leo, era él en esta y mil realidades, seria él y al mirarlo simplemente sabia que era verdad.
Eran demasiado jóvenes cuando se enamoraron, ingenuos e inexpertos, queriendo todo sin perder nada. Ya lo había perdido una vez, no lo dejaría ir de nuevo
—Hey ¿listo para nuestra visita?—pregunto Memo cuando Messi estuvo frente a él
—Vos anda muy misterioso ¿Qué planeas?— le respondió entre risas, algo había cambiado y los dos lo sabían.
—Hmm ya no seria sorpresa si te digo— respondió con un puchero haciendo reír a Leo.
—Tenes que sorprenderme entonces
—Me ferais—tu l'honneur de m'accompagner, mon chérie? (¿Me harías el honor de acompañarme, cariño?)— le extendió su brazo.
Leo lo tomo sin dudad, esbozando una sonrisa. Amaba escuchar a Guille hablar francés, se dejo guiar por el mayor hacia un pequeño jardín. Noto a varias parejas mayores y a otros varios enamorados.
Miro a Guillermo interrogante, pero este no dijo ninguna palabra mientras avanzaban hasta que el más alto detuvo su paso.
Frente a Lionel había un gran muro de azulejos de color azul con varias cosas escritas en el. Se separo del brazo de Memo para darle un vistazo de cerca, Guille siguiéndole el paso.
—Le mur des je t'aime… el muro de los te amo— hablo Ochoa a un costado de Lio, este ultimo mirándolo asombrado.
Lionel paseaba sus dedos por los azulejos, acariciando cada palabra frente a él. Era algo surrealista de ver, tal vez estaba siendo exagerado con la vista que tenia delante, pero había algo mágico en ello que le llenaba el corazón.
Una simple palabra expresada en mas de mil formas alrededor del mundo.
—Fredric Baron fue el autor… quería hacer el mismo viaje alrededor de mundo como en el libro de Julio Verne… y cuando no pudo hacerlo, camino por las calles de Paris preguntando a todas las personas que encontraba como se decía “te amo” en su idioma materno- le dijo Memo mientras recorrían la pared.
—Debió tardarse demasiado...—susurro el argentino, leyendo la placa en aquel muro.
“En un mundo marcado por la violencia y dominado por el individualismo, las paredes, al igual que las fronteras, generalmente se hacen para dividir y separar a las personas unas de otras. Por el contrario, “Le mur des je t’aime” es un enlace, un lugar de reconciliación, un espejo que refleja una imagen de amor y paz”.
—Imagina… más de 1000 formas de decir te amo en 300 idiomas Leo— Guillermo veía al Lionel con ternura— Pero al final valió la pena, ¿no crees?... no existe el amor, solo las pruebas de amor.
Leo volvio su mirada a Guillermo cuando dijo lo ultimo, no tenia duda de que él lo quería y él a Guille. Sintió por primera vez después de más dos años que todo estaria bien.
Caminaron a unas bancas pequeñas para sentarse un momento, el primero en hablar fue Guillermo.
—¿Recuerdas cuando te perdiste en Chapultepec?—dijo soltando una carcajada.
—Calla boludo no me lo recuerdes— contesto Lio resoplando —Por lo menos a mi no se me cayo mi elote.
Memo callo su risa de improvisto después del comentario de argentino- Solo fue una vez…
Ambos continuaron riendo, contando viejas anécdotas del pasado —¿Quién diría que nos volveríamos a encontrar otra vez?—suspiro Memo.
Ambos se miraban, contemplándose mutuamente. Ochoa quería besarlo ahí mismo y quería hacerlo, fue acercándose a los labios de Messi, sin embargo el sonido del mexicano comenzó a sonar, el más alto maldigo su suerte y se disculpo con Messi para atender la llamada.
—Mierda ¿era hoy?... Si no no lo olvide… si ahora voy.
Leo escuchaba al rizado hablar, él esperaba ese momento y lo arruino una llamada aunque también tenia curiosidad de saber quien llamaba a Guillermo a tan tarde.
—Lo siento mucho Lio, me hubiera gustado quedarme más tiempo pero tengo que irme.
—Claro, no tenes que preocuparte Guille… ¿paso algo?— Ochoa se puso algo nervioso.
—No nada, todo esta bien— Lio no le creyó; sin embargo, no pregunto más aunque no pudo evitar sentir un poco de celos a pesar de no tener ninguna razón para sentirlos.
—Bueno… supongo que nos vemos— Messi hizo un ademan de despedida pero antes de que se fuera Ochoa volvio a hablar.
—¿Quieres venir mañana por la noche al Café de l'Homme? Sere parte del personal de cocina pero puedo estar en el evento… yo me gustaría verte ahí.
Leo lo miro sorprendido por la repentina invitación, Ochoa se apresuro a volver a hablar —Pero si no puedes o no quieres esta bien, no tienes que ir si no quieres.
